150 años de historia
LAS PERSONAS
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  1877-1886
LOS ALBA
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  1947-1956
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ROYO-VILLANOVA Y ALTÉS
  1967-1976
  1977-1986
GRUPO CORREO-VOCENTO
  1987-1996
  1997-2006
 
 
Grupo Correo-Vocento
 
  Un paseo por la década
 
CONTENIDO
  Cambio de ritmo
  «¿Por qué El Norte? Por su credibilidad» -Carlos Roldán
Cambio de ritmo
Fernando Bravo
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Bajo la nueva dirección se establece un sistema de trabajo más participativo. José Luis Lloret y Carmen Gutiérrez sustituyen a Íñigo Noriega y María Eugenia Marcos como subdirectores.
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LAS PERSONAS

José Luis Lloret
Llega a El Norte en el 2000. En el 2004 es nombrado subdirector.

Carmen Gutiérrez
Tras 27 años en ‘El Correo’, se incorpora en el 2004 a El Norte como subdirectora.

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NUEVO ESPACIO. En 1995, la redacción se traslada a Vázquez de Menchaca. / R. Gómez

En las reuniones de las mañanas siempre hay un redactor jefe que pone las cosas en su sitio. ‘El periódico de hoy es manifiestamente mejorable’. Ese cambio de impresiones supone para todos una buena dosis de autocrítica y una exigua satisfacción a pesar del trabajo bien hecho… A las 19.45 se repite la reunión de la mañana. Los redactores jefes venden con desigual convicción los temas susceptibles de ser incluidos en la primera página». Los redactores que abandonaron el periódico antes de los primeros años noventa se hubieran sorprendido ante la descripción de tantas deliberaciones colegiadas a la que se refería aquel artículo publicado en el especial del 26 de marzo de 1955, con motivo del traslado de El Norte a Vázquez de Menchaca.
Era el germen de un sistema de trabajo que, poco después, permitiría aplicar un nuevo modelo editorial en el que, además de las apuestas del periódico para el tercer milenio, había un mayor flujo de información y contraste en la valoración de los temas, que debía repercutir en la calidad del periódico.
Carlos Roldán se estrenaba como director aplicando nuevos métodos que modificarían la estructura del trabajo. Las nuevas instalaciones, además, facilitaban las cosas. A lo largo de esta década se produjeron también cambios importantes en el entorno de la dirección. Íñigo Noriega abandonó la subdirección para dirigir ‘El Comercio’ y María Eugenia Marcos se recluyó en su despacho para hacerse cargo de la sección de Opinión. En la mesa de redacción les sustituyeron dos nuevos subdirectores.
José Luis Lloret Diez de Rivera (Valencia, 1962), licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, había comenzado su carrera en ‘Las Provincias’, de Valencia, y en la ‘Hoja del Lunes’ de la misma ciudad. Posteriormente, fue subdirector de ‘La Rioja del Lunes’, en Logroño; director de ‘La Voz de la Rioja’ en 1993 y, tres años después, responsable de Comunicación y Producción del Grupo Deca, empresa que integraba servicios de publicidad y consultoras. Antes de incorporarse a El Norte, fue redactor jefe de ‘Diario de Avisos’, de Santa Cruz de Tenerife, donde puso en marcha las secciones de edición y diseño, además de encargarse de la modernización del sistema de documentación y del archivo. Lloret se incorporó a El Norte en el año 2000. En junio del 2004, asumida ya la jefatura de Edición, sumó a esta función el cargo de subdirector.
Carmen Gutiérrez Fraile (Vitoria, 1955), licenciada también en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, inició su carrera profesional en 1977 en la delegación de Vitoria de ‘El Correo’ donde, tras una década como redactora, asumió la jefatura de la sección de Local. En 1996 recibió el encargo de poner en marcha el suplemento cultural de ‘El Correo’, ‘Territorios’. Dos años después fue nombrada jefa de Cultura y en 1999 se hizo cargo de Sociedad. Tras seis años en Bilbao, volvió a Vitoria como redactora jefe de Local. En octubre del 2004, se incorporó a El Norte como subdirectora.
Los dos subdirectores comparten la mesa de redacción con Teresa García Fueyo y Fernando Bravo. Tras una larga trayectoria en el diario, iniciada en 1985, García Fueyo encabezó la puesta en marcha la delegación de Zamora y en el 2000 se incorporó a la redacción de Valladolid como redactora jefe de fin de semana. Fernando Bravo, adjunto a la Dirección, coordina también la información de Internet.

Taller menguante
La aplicación de las nuevas tecnologías, una de cuyas consecuencias es un mayor grado de autoedición, fue modificando también a lo largo de los últimos años la estructura de la redacción, vecina de la sección de preimpresión, que iba perdiendo espacio en favor de los redactores. De los viejos talleres que sobrevivieron en Montero Calvo hasta finales de los setenta ya no quedan más que algunos cajistas y linotipistas reconvertidos a los nuevos oficios de una cada vez más exigua sección de preimpresión. Las bajas por jubilación de veteranos trabajadores como Rafael Sánchez Frades, José María González, Pablo Callejo, Fernando Argüello, Francisco Gómez de Pedro o Cirilo Hernández no tendrían relevo. Otros, como Delfín Sanz, Ignacio y Miguel Ángel Alonso, Lourdes de la Torre o Paz Suárez encontraron una nueva proyección laboral en distintos departamentos de la administración, en un tránsito paralelo al que un grupo de licenciados hizo desde el taller a la redacción en los primeros ochenta. La sección de preimpresión queda así integrada por los antiguos cajistas Miguel de Torre (jefe de producción) , Zósimo Villalba (jefe de sección) e Isidro Ferrero; el ex linotipista José María Espeso (jefe de sección) y los que fueran trabajadores de fotomecánica y fotocomposición Francisco José Quintero (jefe de sección) Agustín Rodríguez, Manuel Collantes, Teodoro Fernández, Luis Herrero, Luis Vargas, Antonio Quintero, Carlos Herrero y David Carabias.

Digital creciente
La reducción del taller, hoy preimpresión, es proporcional al crecimiento de la edición digital de El Norte. Nortecastilla.es constituye un gigante en ciernes que en menos de una década ha pasado del anonimato apenas intuido por unos pocos pioneros de la red a contar con 324.000 usuarios únicos en septiembre del 2005 y más de nueve millones de páginas vistas. Bajo la gerencia de Javier Escribano Cordovés, Beatriz Sastre Gutiérrez, Carmen Nuño Conde y María Eugenia García Gil actualizan contenidos y diseñan canales, servicios y especiales para la audiencia de internautas.

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«¿Por qué El Norte? Por su credibilidad»
Carlos Roldán San Juan director de el norte de castilla
Fernando Bravo
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Con 30 años de profesión, once de ellos como director de El Norte, reedita el manifiesto de independencia del rotativo formulado por Quintín Pérez Calvo y cree en un periodismo riguroso y profesional para mayorías
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Director. Carlos Roldán San Juan, en la redacción de Vázquez de Menchaca. / Ramón Gómez

 

 

LAS PERSONAS

Carlos Roldán San Juan
Tras 20 años en la delegación de ‘El Correo’ en Vitoria y nueve meses en ‘La Verdad’ de Murcia, relevó a Jiménez Lozano en la dirección de El Norte en1995

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Jiménez LOZANO, Miguel Larrea, Íñigo Noriega y María Eugenia Marcos allanaron su llegada a El Norte. Larrea, incluso, reprochó a la redacción su falta de interés por intentar averiguar el nombre y gracia del nuevo director el día que reunió a los subdirectores y redactores jefes para anunciar la llegada de Carlos Roldán San Juan (Bilbao, 1950), en noviembre de 1994. No habían circulado quinielas y, acaso por ello, no había prejuicios. Solo expectación. Después de casi veinte años en la delegación de ‘El Correo’ de Vitoria –los últimos diez como delegado– y un periodo de nueve meses en ‘La Verdad’ de Murcia, Carlos Roldán se convirtió en el primer director de la nueva etapa de El Norte, marcada por su pertenencia a uno de los mayores grupos editoriales, que abordó el nuevo siglo con una solida presencia en el periodismo digital de la mano de nortecastilla.es

–El hecho de dirigir una redacción con 150 años de historia, ¿añade alguna responsabilidad adicional a su labor o lo considera simplemente una feliz coincidencia?
–Se trata de una feliz coincidencia, aunque es cierto que un periódico con 150 años de historia llega a impresionar, sobre todo, cuando en las celebraciones de este año reflexionas sobre una trayectoria tan dilatada. Por El Norte han pasado personalidades del periodismo como Miguel Delibes, José Jiménez Lozano, Francisco de Cossío, Francisco Umbral, Manuel Leguineche, Martín Descalzo y otros muchos. Ha sido una escuela de periodistas que es un punto de referencia del periodismo español y, aunque los tiempos han cambiado, seguimos tratando de no defraudar las expectativas depositadas en un diario tan longevo.

–Esta veteranía y la misma trayectoria del periódico, ¿pueden suponer de algún modo un lastre para la nueva forma de hacer periodismo?
–De ninguna manera. Los periódicos se renuevan constantemente. Y El Norte, lógicamente también. Es posible que su renovación haya sido la larga vida de El Norte y haya propiciado su larga permanencia. El periódico es un elemento renovador por excelencia. No es inmovilista. Otros medios de comunicación son más inmovilistas que los periódicos. No hace falta más que ver el ejemplar de un periódico de hace cinco años. El periodismo siempre se ha basado en ofrecer noticias. En esto seguimos.

–Las personas y las tecnologías cambian. Hasta la propiedad de El Norte lo ha hecho, una vez más, hace doce años. ¿Ha sido complicado el ajuste de la línea editorial si es que se ha producido? ¿Ha sido difícil acomodarse a la línea de Vocento?
–Mi llegada a El Norte se produjo unos meses después de la adquisición del periódico por parte del entonces Grupo Correo. Yo llevaba veinte años en este grupo de comunicación. Vocento es un grupo profesional y, en este sentido, respeta al máximo la autonomía de sus periódicos, porque su gran baza es la información local y regional. Por otra parte, El Norte ya estaba muy relacionado con él a través de la agencia Colpisa. Por consiguiente, ya hablábamos el mismo lenguaje profesional.

–Durante décadas, el éxito de El Norte se basó en la información agraria, en la reivindicación de las mejoras para el medio rural y en la categoría literaria e intelectual de sus firmas locales. Hoy, estos pilares tienen menos peso. ¿Cuáles son los retos y las bazas para mantener su liderazgo?
–A veces la categoría literaria e intelectual de las firmas se valora más con el paso del tiempo. Hoy también tenemos firmas de gran relieve. El reto principal del periódico es adaptarse a los nuevos tiempos que, por cierto, no se caracterizan precisamente por la existencia de una prensa boyante, sino más bien por un modelo de prensa que deberá cambiar. La baza de El Norte es simplemente intentar hacer un periodismo de calidad. Debemos aprovechar las ventajas de nuestro soporte para ofrecer la lectura reposada. Tenemos una gran credibilidad, y por consiguiente, una gran responsabilidad pero debemos ahondar en la calidad y en la información propia y diferenciada. Profundizar también en un sólido contenido local y regional.

Una relación profesional casi inédita
l 9 de mayo de 1996, 18 meses después de llegar a El Norte, Carlos Roldán oficia como maestro de ceremonias de una singular cena-homenaje a la que acude la mayor parte de la redacción y un buen número de trabajadores de otras secciones. Es la despedida de José Luis Lera, 26 años ligado como redactor al periódico, todo un personaje en el mundo taurino y en la vida cultural vallisoletana. A los postres, Carlos Roldán, casi un recién llegado, toma unas cuartillas para leer lo que presumiblemente iba a ser una cortés despedida y un agradecimiento por los servicios prestados. Pero a medida que lee, Roldán desvela datos, anécdotas y situaciones de la trayectoria personal y profesional del homenajeado que se remontan décadas atrás, hace referencia a personajes cuya existencia se supone que no podía conocer y describe al homenajeado con todo lujo de detalles en un escenario que Roldán no tuvo posibilidad de pisar. El homenaje cumplió el objetivo de destacar la trayectoria de José Luis Lera y, al mismo tiempo, confirmaba que Carlos Roldán era un periodista de Valladolid. Algunos de los presentes se sorprendieron, porque «el de Bilbao» parecía saber más que ellos de un compañero con el que habían compartido muchos años de trabajo.
Carlos Roldán había llegado a Valladolid con lo previsible: agenda, seguimiento de la noticia, contraste de la información, rigor, cuidado en la edición... Pero también había traído consigo una forma de relación personal con los miembros de la redacción casi inédita. Desterró el paternalismo, pero se ocupó de conocer personalmente a todos sus miembros, y de que le conocieran. Consultó sus aspiraciones y reorganizó la redacción teniendo en cuenta las aspiraciones de la mayoría. Y luego se puso a investigar. Para lo de las despedidas.

 

–«Republicano no es; unionista, tampoco; progresista no parece; moderado, menos; carlista, ni por sueños; neocatólico, ni se acerca; pues ello algún color tendrá, porque no hay persona de regular criterio en España que no siga las inspiraciones de algún hombre eminente en los cuales están encarnados los llamados partidos...»
En junio de 1889, un antecesor suyo, Quintín Pérez Calvo, publicaba un artículo titulado ‘Resabios de la Antigua Usanza Política’ en el que defendía la independencia política del periódico como eje de su línea editorial. ¿Se atreve a reeditar aquel manifiesto en el contexto de 2006?
–Me atrevo, efectivamente, a reeditar este manifiesto de 1889. La independencia debe entenderse como la desvinculación de cualquier compromiso informativo o editorial con un grupo político o financiero, lo cual no quiere decir que seamos neutrales ante los conflictos que unos y otros mantengan entre sí. Nos esforzamos a diario por mantener relaciones fluidas con todos los partidos políticos. Tratamos de practicar un periodismo riguroso en los hechos y plural en la opinión. Hacemos un periodismo profesional para mayorías. No nos interesa participar en las luchas de poder. Nuestra independencia, eso sí, está balizada por nuestros principios editoriales. Son unos principios comprometidos con la legalidad democrática que emana de la Constitución. Este compromiso se extiende naturalmente a la defensa crítica de las instituciones en sus diferentes ámbitos.

–Los medios han cambiado mucho en las tres últimas décadas. Usted, que ha trabajado con varias generaciones de periodistas, ¿puede definir en qué han cambiado los profesionales? Da la impresión de que la técnica de la comunicación ha mitigado en cierta forma el compromiso social.
–Los periodistas han adquirido una mayor preparación profesional. Tienen mejor formación intelectual. Al mismo tiempo, los periódicos, en su mayoría, disponen de un mayor número de periodistas que pueden dedicarse con más sosiego a determinadas parcelas de la información. Tal vez la profesión ha perdido un cierto romanticismo. Lógicamente los profesionales utilizamos ahora unos medios técnicos que no existían hace años y que ofrecen unas posibilidades infinitas de edición. Habrá que tener cuidado, sin embargo, con que estos medios sean cada vez más manejables para los periodistas, de no descuidar la creatividad y de que no nos distraigan de buscar noticias, que es uno de nuestros cometidos más importantes.

–Usted ha nacido en Bilbao. Desarrolló la mayor parte de su vida profesional en Vitoria. ¿Qué fue lo que más le llamó la atención de los vallisoletanos al llegar a El Norte? ¿Y del periodismo que se hacía entonces en el diario?
–Valladolid es una ciudad de acogida perfecta. Es fácil la integración. También ha estado históricamente muy ligada al País Vasco a través de su Universidad. A mí no me llamó la atención nada. Es una gran ciudad que tiene además unas grandes posibilidades que se verán acrecentadas con la llegada del tren de alta velocidad. Debemos comprender, eso sí, que las ciudades o las regiones las hacemos entre todos y que nadie va a venir a solucionarnos los problemas. Nuestro potencial humano lo debemos poner al servicio de la comunidad sin esperar nada a cambio que no sea el bien común. Debemos ser capaces de crear y de emprender cosas nuevas. Sin pensar en agravios que nos alejen de nuestros objetivos.

–Dirige un diario. Dígame las ventajas que tiene para el ciudadano la información de la prensa escrita sobre cualquier otro medio y, sobre todo, sobre la avalancha de información que recibe a través de Internet. ¿Por qué tendría que comprarme un periódico? ¿Por qué El Norte?
–Posiblemente la prensa pasará a ser un producto especializado. Se diferenciará por su apuesta por la calidad. Tendrá una relación de complementariedad con Internet y deberá plantear sus informaciones con un enfoque de futuro y no tanto de pasado. Profundizará en su juicio editorial sobre los acontecimientos y apostará por un fuerte contenido local y regional, algo que, desde luego, no pueden ofrecer los medios con proyección nacional. ¿Por qué El Norte? Por su credibilidad.

 

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