El Norte de Castilla, en Valladolid,
y ‘La Vanguardia’, en
Barcelona, nacieron en los mismos
tiempos de pasión política
y de cambio social de finales del
siglo XIX. Son diarios afines. Han
desarrollado desde entonces un periodismo
alentado por los principios de libertad
y de progreso que les infundieron
sus respectivos fundadores.
El impresor vallisoletano Francisco
Miguel Perillán y García
fundó el 17 de octubre de
1856 el diario liberal y progresista
en el que se fusionaban dos cabeceras
que ya aparecían en la capital
castellana. Le puso el nombre de
El Norte de Castilla. El erudito
Ossorio y Bernard contó que
el fundador de este diario quiso
dar al término ‘norte’
el sentido de guía y de orientación,
función esencial de la prensa
responsable.
Veinticinco años después,
el 1 de febrero de 1881, los industriales
catalanes Carlos y Bartolomé
Godó Pie fundaron un diario
en Barcelona, portavoz también
del liberalismo, al que pusieron
el nombre de ‘La Vanguardia’,
palabra con la que querían
sintetizar su propósito de
liderazgo en el progreso y la profundización
democrática.
Ambos diarios compartieron años
después, en vísperas
del siglo XX, sendas operaciones
de transformación que aseguraron
su vigorosa longevidad. Apostaron
a fondo por una estructura moderna
de empresa periodística y
por un modelo de diario informativo
e interpretativo al servicio de
unos lectores cultos y exigentes.
El artífice de aquel cambio
en El Norte de Castilla fue Miguel
Díez y Díez. Entre
1870 y 1893 dotó al diario
de las bases empresariales y técnicas
que facilitarían la labor
de sus sucesores al frente del diario,
César Silió Cortés
y Santiago Alba, hasta que en 1900
la empresa editora pasó a
ser sociedad anónima.
En 1911, bajo la dirección
de Ricardo Allué, El Norte
de Castilla se convirtió
en el primer diario castellano.
Desde entonces es un referente en
la prensa española. No solo
por sus muchos años de renovado
pacto de confianza con sucesivas
generaciones de lectores. Lo es
también por su compromiso
con el periodismo del rigor y de
la libertad; de la responsabilidad
ética, y de la cultura inquieta
y crítica, abierta a todos
los horizontes y fiel a sus raíces.
Desde ‘La Vanguardia’
se han reconocido siempre estos
valores que concurren en El Norte
de Castilla y en sus gentes. Se
reconoce a veces de manera explícita.
Ocurrió en 1985 al atorgar
al director de entonces, Miguel
Delibes Setién, el Premio
Godó de Periodismo. Ocurre
hoy en la oportunidad de felicitaros
por vuestro 150 aniversario. Lo
reconocemos siempre de manera implícita
al compartir el empeño de
avanzar hacia los nuevos objetivos
sociales y profesionales de una
prensa independiente, sensata y
libre. |