Madrid.
lunes, 4
«Ya no ante la inminencia
de una probabilidad, sino ante la realidad
inevitable de un gravísimo conflicto
armado entre las más poderosas
naciones de Europa, ha hablado el Caudillo
de España, como jefe de un Estado
que acaba de sufrir los dolores y los
horrores de tres años de guerra
haciendo un llamamiento a aquellos en
cuyas manos está el desencadenamiento
de una catástrofe como jamás
se ha conocido en la Historia y pidiéndoles
que eviten la extensión de la contienda
a otros mares y a otros lugares alejados
del actual foco de la guerra y con ello
la provocación de una tragedia
forzosamente mucho más espantosa
que aquella por la que acabamos de pasar
los españoles.
Nadie en la actualidad con más
autoridad que el jefe del Estado español
para medir la profundidad de la catástrofe
que se prepara y apreciar en la debida
proporción el alcance de los horrores
con que a todos amenaza el conflicto que
se desencadena. Él, que ha llevado
el peso de la guerra española;
él, que ha participado en los dolores
por que ha pasado nuestro pueblo; él,
que conoce la voluntaria limitación
en el empleo de medios de destrucción
y muerte, con que aquí se ha librado
la contienda, puede mejor que nadie predecir
la magnitud del desastre que se avecina
si el conflicto se extiende y los catastróficos
efectos que inevitablemente se centuplicarían
en la nueva guerra.
[...]
Importantes proclamas del Führer
El Führer ha dirigido a los soldados
del Ejército del Este la siguiente
proclama:
«Soldados del Ejército del
Este: desde hace meses Inglaterra prosigue
su política de cerco contra Alemania,
como ya lo hizo antes de la guerra mundial.
Para llenar este objetivo intenta servirse
de todos los Estados y pueblos europeos.
Polonia fue designada para representar
en esta política de cerco un papel
tanto más importante cuanto que
la Unión Soviética rehusó
subordinar sus propios intereses a los
intereses británicos.
»Las persecuciones continuas contra
los alemanes en Polonia, la lucha iniciada
contra la Ciudad Libre de Dantzig por
todos los medios me obligaron primero
a tomar medidas en el frente oriental
para asegurar la seguridad del Reich.
»El pacto consultivo de no agresión
con la Unión Soviética ha
unido a los dos pueblos más fuertes
de Europa, cuya voluntad es la de no combatir
jamás el uno contra el otro. Es
necesario que Polonia, como el eslabón
más importante en la cadena de
la política británica de
cerco y aniquilamiento, sea obligada a
hacer la paz.
»Soldados del Ejército del
Este, habéis realizado ya en dos
cortas jornadas acciones de las que toda
Alemania se siente orgullosa. Sé
que os dais cuenta de la grandeza de la
misión que se os ha confiado y
haréis los últimos esfuerzos
para derribar primeramente a este adversario
con la máxima rapidez. Las fortificaciones
occidentales construidas con medios gigantescos
cubrirán y protegerán durante
este tiempo a Alemania contra Francia
e Inglaterra. Yo mismo, en mi calidad
de antiguo soldado de la Gran Guerra y
jefe supremo vuestro, me reincorporo hoy
al frente.»
[...] |