Inteligente ironía

Presidente de la Junta de Castilla y León

Juan Vicente Herrera

 

 

 

 

 

Nos había acostumbrado a comenzar a leer el periódico por detrás. También por eso, echaremos mucho de menos la columna de Francisco Umbral en la última página del diario ‘El Mundo’, uno de los espacios de la prensa española en los que, con mayor brillantez, se han dado la mano a lo largo de estos años el periodismo más actual y la mejor creación literaria. Periodismo y literatura vinculan ya para siempre a Francisco Umbral con su primera gran escuela, EL NORTE DE CASTILLA, y con sus fundamentales maestros y directores, y entre ellos especialmente con Miguel Delibes. Periodismo y literatura con cuyo extenso ejercicio Umbral consiguió algunos de los premios más importantes de las letras españolas, y también consolidó alguna de las polémicas más vivas sobre la injusticia del no reconocimiento académico de sus méritos como escritor y creador de lenguaje. Conocí a Francisco Umbral con ocasión de una iniciativa que la Junta de Castilla y León comparte con el Grupo editor de ‘El Mundo’, para premiar a castellanos y leoneses de dimensión universal. Umbral recibió el Premio de las Letras en su segunda edición, y fue jurado en la siguiente convocatoria. Todavía recordamos la belleza y la inteligente ironía de su intervención al recibir aquel galardón. Era difícil diferenciar en él la persona y el personaje construido alrededor de ella. Como persona nunca ocultó la raíz castellana de su vida y de su estilo. Valladolid fue su tierra de referencia como niño, adolescente y primer escritor. Valladolid ha seguido siendo hasta el final uno de sus espacios literarios preferidos. También recordaba su paso laboral por León. Como personaje alcanzó mucha notoriedad, pero afortunadamente era tanta su calidad como escritor siempre nuevo, que nunca suplantó o sustituyó a su capacidad diaria para atraernos, deslumbrarnos o provocarnos. O todas esas cosas a la vez. Y así hasta el día de hoy, en que sentimos profundamente su muerte, pero agradecemos el valor inmortal de su obra creativa.