El Museo Etnográfico de Castilla y León surge de la necesidad, propiciada por la Junta de Castilla y León, de crear un centro dinámico que acoja el enorme y variado patrimonio popular de la Comunidad, sirviendo al mismo tiempo para centralizar el estudio y difusión de las disciplinas científicas que atañen al legado etnográfico. Con esa misma intención Caja España cede una riquísima colección de 10.000 piezas, y Diputación de Zamora y el Ayuntamiento de Zamora, ciudad en la que la Junta crea un edificio para dichos fines, responden inmediatamente al propósito original. Finalmente, la Junta de Castilla y León encarga a la Fundación Siglo la gestión del Museo, integrándole al mismo tiempo en la Red de Museos regional.