|
LAS PERSONAS |
Sebastián
Díez
de Salcedo
Su segunda etapa en El Norte duró
19 años y su red de corresponsales
se extendió por Europa.
Los corresponsales
Los de la sección comercial
y el de Madrid fueron la base de
la expansión del periódico. |
................................... |
|
Tafalla,
25 de febrero de 1876.
«Querido director: Escribo a V.
desde el tren en donde me embarco con
destino a Tolosa, a cuyo punto voy destacado,
ignorando si desde el pueblo de referencia
me será posible dar a V. noticias
de la guerra con la exactitud que lo he
hecho desde Tafalla. En Pamplona se han
presentado (entregado) 600 carlistas....
Su amigo, Adolfo.»
Mala suerte. La crónica del tal
Adolfo, en la que incluye su queja porque
no le llegan algunos periódicos,
se publica el 29 de febrero de 1876, coincidiendo
con la jubilosa noticia, en portada, del
fin de la Tercera Guerra Carlista, y «la
renuncia de Don Carlos a una lucha inútil
y su petición de hospitalidad a
Francia».
Dos días después, el periódico
publica una crónica del corresponsal
en París, también desfasada,
pero muy ilustrativa:
«Los lectores de El Norte de Castilla
y los españoles todos estarán
de enhorabuena porque la paz no se hará
esperar y, abierta nuevamente la línea
del ferrocarril del Norte, los trigos
de Castilla irán nuevamente a Burdeos
y surtirán esta plaza con más
facilidad que hoy...».
El anónimo corresponsal parisino
resume en su breve crónica una
de las mayores repercusiones del fin de
la guerra para los principales destinatarios
de la información del diario: los
agricultores y los harineros.
Y es que durante esta década, la
‘Parte Comercial’, después
‘Sección Comercial’,
se convierte en protagonista de la información
y logra que las suscripciones se disparen
y el prestigio de El Norte se extienda
incluso fuera de España. La clave
son los corresponsales que a diario abren
el periódico con los precios agrarios
de los mercados de Valladolid, Ávila,
Alaejos, Burgos, Badajoz, Herrera de Pisuerga,
Medina del Campo, Peñaranda de
Bracamonte, Zamora, Zaragoza, Amberes,
Berlín, Marsella, París,
Lyon, Liverpool...
Sebastián Díez de Salcedo,
que regresó a la dirección
de El Norte en 1874 tras su fugaz experiencia
cuatro años antes, potenció
las corresponsalías y las convirtió
en la clave de su éxito. El 24
de abril de 1887 escribe:
«Tal es la importancia de esta información,
que los alcaldes de Zamora y Segovia han
suscrito a sus ayuntamientos con el objeto
de exponer al público el número
que antes de ayer empezamos a servirles».
Y añade: «Esto nos obliga
a corresponder al público que así
nos distingue y procuraremos mejorar,
si es posible, los contratos hechos con
nuestros corresponsales, lo cual, aunque
nos sea gravoso, nunca será caro
comparado con el servicio que hacemos
al país y el favor con que el comercio
nos distingue».
Derechos de autor
Una idea de la importancia de
esta información se refleja en
una queja con la que abre el diario del
4 e abril de 1878:
«Muchos de nuestros colegas copian
las noticias mercantiles de nuestros corresponsales,
y nosotros tenemos una satisfacción
porque en obsequio al país hacemos
los sacrificios que nos impone el costoso
servicio comercial que tenemos montado.
Pero generalmente omiten el origen de
donde las toman, y eso ya nos causa perjuicios.
Rogamos a nuestros colegas imiten al periódico
de Zamora ‘La Enseña Bermeja’
que manifiesta que las correspondencias
son de El Norte de Castilla».
A los corresponsales mercantiles se unen
los de información general, con
especial protagonismo del también
anónimo de Madrid, el más
fecundo, que entrevera sus crónicas
parlamentarias con las dificultades que
tiene para hacer llegar su información.
En su crónica publicada el 28 de
junio de 1877, concluye su reseña
parlamentaria con un lacónico:
«Va a salir el correo y cierro.
El corresponsal».
|