Buscar la
rentabilidad es la obsesión de
los impresores, y el establecimiento de
Gaviria-Zapatero no es una excepción.
En el papel timbrado que utilizan publicitan
todos los servicios que ofrecen: «Litografía,
Grabados, Estereotipia y galvanoplastia,
Timbraje en colores, Heliograbados, papel
pautado a 22 reales la resma» y,
por supuesto, publicaciones como El Norte
o La Unión del Magisterio.
Continúa el interés por
todo aquello que permita modernizar el
proceso de impresión. El 12 de
julio de 1879, tras adquirir nueva maquinaria,
El Norte publica un número especial
de ocho páginas, cuando lo usual
eran cuatro. Así lo explica: «Para
celebrar la inauguración de las
máquinas que hemos adquirido para
hacer la tirada de El Norte de Castilla
damos hoy número doble a nuestros
suscriptores, siéndonos posible
de este modo reproducir íntegro
el discurso pronunciado últimamente
en el Congreso por el señor Castelar».
O lo que es lo mismo, 13 columnas enteras
distribuidas en páginas de 52,5
centímetros de alto por 35,3 de
ancho, sin una sola imagen ilustrativa.
Con toda seguridad, el discurso –pronunciado
por Castelar en la sesión del 8
de julio– se compuso a mano un par
de días antes de que se tirara
el periódico, porque el avance
de la maquinaria no iba parejo aún
al de la composición. Los cajistas
seguían componiendo los textos
a mano, y ofrecer ocho páginas
significaba un esfuerzo extra difícil
de asumir si se realizaba el mismo día
en el que debía lanzarse la edición.
El Norte aclara ese mismo día que
las reformas de la maquinaria vienen dadas
por «la importancia de la tirada,
que retrasaba muchas veces el servicio
del diario». Por entonces, la tirada
del periódico es similar a la de
diez años antes, época en
la que vivió su primera edad de
oro. Así lo explica el 1 de enero
de 1878. «En los años 1866,
1867 y 1868, El Norte era el segundo periódico
de provincias y el cuarto de España
en cuanto a circulación, pero ni
en aquella favorable época […]
llegamos a tirar el número de ejemplares
que tiramos al mediar el año 1877».
Gaviria es el auténtico impulsor
de las mejoras del periódico en
el aspecto tecnológico. Ya antes
de ser copropietario de El Norte de Castilla,
da a conocer en su establecimiento el
grabado en madera (1868). En 1870 hace
ensayos con la estereotipia, y en 1871,
con la galvanoplastia, ya asociado con
Zapatero. Su obsesión es incorporar
imágenes al periódico. Sus
primeros ensayos con el fotograbado se
producen en 1875, aunque lo perfeccionará
algunos años más tarde.
Sin embargo, consigue imágenes
de una gran perfección técnica,
como el retrato de Echegaray en marzo
de 1877.
Viajes a Francia
En 1878 importa nuevo material
tipográfico, que enseguida permite
que la imagen general del periódico
gane en limpieza, con un aspecto más
nítido y ordenado. Se trata de
una renovación hecha paso a paso,
ganada a través de muchos viajes
a Barcelona y a París para ponerse
al día de las últimas novedades
en el sector. El propio diario se hace
eco de esos desplazamientos con vocación
investigadora. «Con objeto de proveerse
de algunas cosas necesarias para su establecimiento
tipográfico, ha salido para Barcelona
nuestro compañero y propietario
de El Norte de Castilla, D. Luis Gaviria.
Desde este punto pasará a Francia
y para año nuevo su imprenta será
una de las que más recursos tengan
para proteger a sus constantes clientes»
(20 de diciembre de 1875). |