El éxito del periódico
hace que aumente la publicidad y,
con ella, el tamaño. El Norte
presume de ser uno de los mayores
de España.
En realidad, por su prestigio ya gozaba
de tal honor |
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EL PRODUCTO |
Tirada
A finales de la década alcanza
la mayor tirada del siglo, cerca
de 8.000 ejemplares.
Publicidad
Pueden contratarse anuncios en oficinas
de Londres, París, Manchester,
Marsella y Budapest.
Dimensiones
En 1889, 43 x 60 centímetros.
Seis columnas. |
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Siguiendo
las pautas del diario mercantil afianzadas
en la década anterior, El Norte
mantiene una época de expansión
que dura hasta 1887 o 1888. Después
se inició un periodo de decadencia
que se prolongó hasta el nuevo
cambio de propietarios, en 1893, que supuso
un avance importante en todos los sentidos.
A principios de esta década el
aspecto que presenta el periódico
no ha variado sustancialmente. La mancheta
estaba conformada por la cabecera sobre
el subtítulo –‘Diario
independiente de Valladolid’–
flanqueada por dos anuncios propios, uno
con los precios y otro con los puntos
de suscripción. Respecto a los
primeros, la suscripción mensual
costaba una peseta y 75 céntimos,
y la trimestral, 4,75 en Valladolid y
5,50 en provincias. Para el extranjero
solo existía el abono semestral,
por 20 pesetas. El ejemplar suelto costaba
25 céntimos.
El precio de los anuncios era bastante
más incierto, lo que puede indicar
que la negociación era trámite
fundamental en los presupuestos. Los comunicados
presentaban una tarifa sorprendentemente
amplia, que duró años, de
25 céntimos a 25 pesetas por línea.
Para los demás, el consabido eufemismo
empresarial: «Precios económicos
y grandes rebajas en los abonados por
año». A esta modalidad, por
ejemplo, se apuntó un cliente que
copó casi todas las primeras páginas
del año 1886 y muchas del siguiente.
Leandro González era el propietario
de unos almacenes ubicados en el número
10 de la calle Regalado a los que regularmente
llegaban de los lugares más recónditos
remesas de percales, sedas, alfombras
o cualquier otra mercadería que
anunciaba con profusión, siempre
a dos columnas, bajo la cabecera de El
Norte. Algunos días había
que incorporar algunas esquelas, que en
esa época empezaban a proliferar,
y la primera del periódico, entre
el anuncio de Leandro González,
las necrológicas y el folletín,
que era intocable, se reducía a
media columnita de información,
la mayor parte de las veces dedicada a
los precios del cereal. Hoy no parece
una presentación muy atractiva,
pero el aumento de la tirada y de la publicidad
–que en ocasiones obligaba a ampliar
a seis el número de páginas–
indican que era un producto de gran éxito.
El empuje de la sección de anuncios
es tal que en 1889 los propietarios de
la empresa deciden ampliar su tamaño,
que pasa a ser de 43 centímetros
de ancho por 60 de alto, lo que se dice
una sábana. El tamaño hace
que aparezca la sexta columna. La dirección
no oculta sus razones, que explica a los
lectores directamente.
Sin embargo, el cambio no afecta al espíritu
del diario que, bajo el subtítulo
‘Diario independiente de Valladolid,
de noticias y anuncios’, sigue tratando
de evitar las complicaciones derivadas
del partidismo. «Al variar de año
no variará de conducta y seguirá,
por lo tanto, prestando singular preferencia
a la sección mercantil [...] advirtiendo
de este modo a productores y comerciantes
del verdadero valor de sus frutos y mercancías
y evitando que sean víctimas de
las sorpresas que contra ellos inventan
la codicia de los agiotistas y la habilidad
hebraica de los acaparadores». Así
se afirma en un artículo de primeros
de año que conmemora el 35 aniversario
del periódico. El mismo texto incluye
un párrafo que destaca por su hábil
manejo de las palabras en la técnica
de la autopromoción: El Norte,
dice, «será desde hoy uno
de los periódicos mayores de España
–en realidad ya lo era por su importancia,
aunque no por su tamaño–
así como es uno de los más
antiguos y el relativamente más
barato».
El Norte tira dos ediciones, una matutina
y otra vespertina, y es un periódico
de cierto empaque pese a las limitaciones
técnicas del momento. En los primeros
noventa aparecen con frecuencia grabados
como complemento de la información
y los anuncios se delimitan con unos marcos
decorativos en forma de grecas y cenefas.
Algunos presentan un tamaño tan
descomunal que parece desafiar las leyes
de la proporción. En 1894 el diseño
sufre otro cambio significativo. La cabecera
se adorna a los dos lados con sendos recuadros
promocionales. El de la izquierda reza:
«Único periódico de
Valladolid que se compone durante la noche.
Últimas noticias. Extenso servicio
telegráfico». El de la derecha
reproduce una frase que con el tiempo
se hará legendaria: «El periódico
que más circula en la región»,
a la que añade otro eslogan publicitario:
«…y mayores ventajas ofrece
a los anunciantes. No deja de publicarse
los festivos».
En una década, los precios, lejos
de subir, se han visto ligeramente reducidos.
El periódico abre con una profusa
sección de mercados, ‘Información
mercantil’, a la que le suele seguir
un artículo de fondo. Empiezan
a adivinarse algunas de las secciones
que, con el paso de los años, cobrarán
forma e importancia. Entre ellas, se distinguen
epígrafes como ‘Notas de
sport’, ‘Tribunales’,
‘Del extranjero’ o ‘Telegramas’.
Otras, como la genéricamente denominada
‘Noticias’, no deja de ser
un cajón de sastre en el que se
mezclan anuncios, cotilleos, comunicados
y alguna que otra noticia. |