En el patio
de El Norte. Con la llegada de
la democracia incluso el edificio de El
Norte de Castilla se puso al servicio de
los españoles, al convertirse en
colegio electoral en días señalados.
Cientos de ciudadanos censados en el distrito
uno acudían a depositar las papeletas
en las urnas instaladas en el histórico
patio del periódico vallisoletano.
Eran los años ochenta.
.
Nuevos tiempos
Nieves caballero
.
Los españoles vuelven
a las urnas para elegir el primer Gobierno democrático
desde la Segunda República, mientras el
diario apuesta por los cambios políticos
y económicos de los Pactos de la Moncloa
.
LA EMPRESA
Sociedad Anónima
La empresa contaba con casi doscientos
empleados entre los talleres, la redacción
y la administración. La revolución
tecnológica llegará
al periódico vallisoletano
y al resto de los rotativos españoles
en los años ochenta.
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LA muerte
de Franco devuelve a los españoles
la posibilidad de votar libremente, algo
que no ocurría desde la Segunda
República, truncada por el alzamiento
militar del 18 de julio de 1936. Se avecinan
nuevos tiempos y El Norte de Castilla
no permanecerá ajeno a los acontecimientos
políticos y económicos de
la denominada etapa de la transición,
como había procedido ante otros
hechos cruciales de la historia. El diario
decano de la prensa española actúa
como motor del cambio, al igual que el
resto de rotativos. Al frente de la gerencia
del diario sigue Fernando Altés
Villanueva y su hijo Fernando Altés
Bustelo será elegido director del
diario en 1976. Celso Almuiña,
catedrático de Historia Moderna
y Contemporánea de la UVA, destaca
al respecto que el diario «juega
un papel importante, desde la moderación,
pero también apostando decididamente
por el cambio, lo que a ciertos sectores
tradicionales no sentó demasiado
bien».
El 15 de junio de 1977 los ciudadanos
acuden a las urnas para elegir a sus representantes
en las Cortes. Desde el 4 de julio de
ese año, Adolfo Suárez preside
el primer Gobierno democrático.
Pero ya antes de las primeras elecciones
legislativas, la prensa se convirtió
en un ‘parlamento de papel’
y el principal guía para enseñar
a la ciudadanía a caminar en democracia,
después de cuarenta años
de dictadura. Posteriormente, el artículo
20 de la Constitución, aprobada
por la mayoría de la población,
dota a la prensa con el marco jurídico
necesario para ejercer su función
al reconocer la libertad de expresión.
La nueva etapa política necesitaba
también un sistema económico
propio con una fiscalidad capaz de garantizar
el equilibrio socioeconómico y
los principios de justicia y solidaridad.
En este contexto, se aprueba la ley 50/1977,
del 14 de noviembre, de Medidas Urgentes
de Reforma Fiscal, cuyos fundamentos habían
sido establecidos años antes por
Enrique Fuentes Quintana. El profesor
del Departamento de Hacienda Pública
de la Universidad Complutense de Madrid
se convertirá, además, en
el vicepresidente segundo para Asuntos
Económicos del Ejecutivo de Suárez.
Tras estas primeras elecciones democráticas,
de las que El Norte dará cumplida
información, llegarán las
normas para regularizar la situación
de las empresas. El gerente del diario
solicita acogerse a la Ley 50/1977 del
14 de noviembre de ese año, sobre
Medidas Urgentes de Reforma Fiscal, para
regularizar la situación tributaria
de la sociedad mercantil de forma voluntaria.
Toda esta documentación que manejaba
Fernando Altés Villanueva se conserva
en el periódico como ejemplo de
la minuciosidad de su labor. Así,
por ejemplo, en uno de estos documentos
se detallan los activos que poseía
la sociedad mercantil en esos años
y la confirmación de Hacienda de
que todo era correcto. Incluso, el propio
diario aconseja en sus páginas
a las empresas que se sumen a la declaración
de la masa salarial y la regularización
voluntaria. Pero también existen
facturas de la compra de maquinaria diversa
para las artes gráficas o muestra
de las acciones y valores que poseía
la sociedad en otras empresas como la
Cerámica, el Consorcio de Diarios
Españoles, la agencia Efe o Sapisa.
Los denominados Pactos de la Moncloa,
firmados el 25 de octubre de 1977, supusieron
un profundo plan de reformas políticas
y económicas en un camino sin retorno
que culminó con el visto bueno
a la Constitución en 1978. El ajuste
económico perseguía atajar
la inflación, que en los meses
de julio y agosto de este año se
aproximaba al 44%, y dar mayor cobertura
social. Para ello, había que terminar
con la espiral de precios, pero también
con las subidas salariales. «Firma
del pacto económico de La Moncloa».
«Aprobadas las medidas urgentes
de reforma fiscal». Con estos titulares,
El Norte de Castilla daba noticia del
acuerdo rubricado por los representantes
de las principales formaciones políticas
aquel miércoles 26 de octubre de
1977. También en la portada, el
editorial apuesta por «la necesaria
aceptación del plan económico».
«La firma solemne de los acuerdos
de la Moncloa enfatiza sin duda el hecho
mismo de esos acuerdos que no sólo
son lo único y lo más sólido
que se ha hecho en este país desde
las elecciones de junio, sino que tienen
un alcance político que no ha escapado
a la prensa extranjera. […] Se diría
que la clase política de este país
comienza a estar a la altura de los que
demandan los tiempos y quienes la votaron»,
señalaba el editorial, además
de considerar que «en situaciones
de emergencia nacional como las actuales,
tanto el capital como los sindicatos deben
manifestar por lo menos un espíritu
tan transaccional y flexible como el que
ha manifestado la clase política,
por amarga que resulte teóricamente
esa transacción o por costosa que
resulte en la práctica […]».
De esta manera, el periódico pedía
la implicación de todas las fuerzas
sociales porque había que apretarse
el cinturón, también a la
hora de pedir subidas salariales.
Sin competidores
locales El diario fundado por Francisco
Miguel Perillán volverá
a quedarse sin competidores locales en
esta década, debido a que tanto
el periódico ‘Libertad’,
que había defendido la ideología
del Movimiento, como ‘Diario Regional’,
que representaba a la prensa católica,
«no son capaces de adaptarse a los
nuevos tiempos», en palabras de
Almuiña. Ambos tenían los
días contados. El 16 de junio de
1979 salía a la calle el último
número de ‘Libertad’,
fundado por Onésimo Redondo –había
perdido su razón de ser con la
muerte de Franco– y que dirigía
Juan José Rodero, tras registrar
pérdidas millonarias a consecuencia
de una escasa difusión y la falta
de anunciantes.
Poco después, el diario vallisoletano
que tenía como directora a la periodista
María Aurora Viloria (la primera
mujer en ocupar este puesto en un periódico
español y actualmente jefa de la
sección de Vida y Ocio en El Norte
de Castilla), publicaba su último
número el 7 de marzo de 1980. Problemas
laborales y financieros impidieron su
salvación.
.
Visita del
alcalde al periódico. El
1 de diciembre de 1979 el socialista Tomás
Rodríguez Bolaños visita las
instalaciones del El Norte. En la vieja
redacción de Duque de la Victoria,
el regidor socialista conversa con el director,
Fernando Altés Bustelo, y con los
redactores Germán Losada, Luis Miguel
de Dios y Fernando Barrasa .
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Paz social
Nieves caballero
.
Los trabajadores de El
Norte de Castilla firman los primeros convenios
colectivos y logran las mayores subidas en sus
nóminas a pesar de que los Pactos de la
Moncloa reclaman contención salarial
.
Fernando Altés
Villanueva. / Henar Sastre
PAZ laboral.
Ese es el recuerdo que tiene Margarita
Serrano, la actual presidenta del comité
de empresa de El Norte de Castilla, de
las primeras negociaciones colectivas
favorecidas por la llegada de la democracia
a España tras la muerte de Franco.
La transición política necesitaba
paz social. Los llamados Pactos de la
Moncloa no se limitan a los acuerdos económicos
y políticos –firmados por
todos los partidos, excepto la Alianza
Popular de Manuel Fraga Iribarne–,
sino que buscan que estos se fueran cumpliendo
en un ambiente de tranquilidad en las
empresas. Para ello, empresarios y trabajadores
tienen que caminar de la mano.
Las declaraciones del socialista Felipe
González a la salida de la firma
de aquel pacto, suscrito el 25 de octubre
de 1977, de las que se hacía eco
El Norte y en las que opinaba que el pacto
económico tenía tres niveles,
son más que elocuentes: «La
ejecución gubernamental, papel
que le corresponde al Ejecutivo, por medio
de órdenes ministeriales; un segundo
nivel parlamentario, dentro del marco
de las Cortes, para decidir las medidas
legislativas, y un tercer nivel, en el
que se encuentran las relaciones entre
la patronal y los trabajadores».
Había que negociar las elecciones
sindicales, el estatuto de derechos y
deberes de los trabajadores y el decreto
de relaciones laborales. Pero no todo
fue un camino de rosas.
Relaciones cordiales Tras desaparecer el Sindicato
Vertical, controlado por los empresarios,
llegan a El Norte las primeras afiliaciones
al sindicato UGT, aunque poco después
aumenta la representación laboral
de Comisiones Obreras como consecuencia
de desacuerdos con la primera central.
En esos años, el número
de redactores no alcanzaba la quincena,
mientras que en los talleres superaba
el medio centenar, entre linotipistas,
cajistas, estereotipistas y operarios
de la rotativa.
Paco Peláez, que era el representante
de los trabajadores de Talleres, señala
que se conquistaron más mejoras
para estos que para la redacción,
que tenía mucho menos peso y fuerza
en los albores de la democracia. «Las
relaciones con la empresa eran cordiales»,
coincide el actual jefe de sección
de Maquetación y Diseño
en El Norte, aunque apunta también
que en ocasiones ponían en un brete
al gerente, Fernando Altés Villanueva.
«Hubo momentos en los que no se
transcribía una línea que
no fuera del día, así que
el fin de semana aumentaban mucho las
horas extras y don Fernando me llamaba
a capítulo».
«A las barricadas…» Uno de los principales escollos
fue la contención salarial reclamada
por la patronal y el Ejecutivo para intentar
frenar la imparable inflación.
Pero, curiosamente, los trabajadores de
El Norte de Castilla lograron en esa época
las mayores subidas salariales de su historia,
de lo que se siente orgulloso el periodista
vallisoletano Germán Losada. El
hoy director de Informativos y Deportes
de Televisión Castilla-La Mancha
era entonces el presidente de la comisión
negociadora que consiguió para
los empleados del diario más veterano
de la prensa española una subida
del 22%, el tope marcado por el Pacto
de la Moncloa. «En aquellos años
pasamos de una estructura paternal a contar
con unos sindicatos más o menos
organizados», añade Losada,
antes de recordar que los primeros convenios
colectivos se negociaron con el gerente
Fernando Altés Villanueva. «Don
Fernando se confesaba muchas veces anarquista
y llegaba incluso a cantar ‘A las
barricadas, a las barricadas…’»,
en unas reuniones distendidas en las que
les recriminaba con cariño su escasa
experiencia negociadora. «Ustedes
no saben negociar, nos decía».
Germán Losada trabajó en
El Norte de Castilla durante una década,
entre los años 1973 y 1983, cuando
se trasladó a Madrid con Gregorio
Peces Barba –diputado socialista
por Valladolid– como jefe de prensa
del entonces presidente del Congreso de
los Diputados.
De su paso por el decano de la prensa
diaria, el redactor subraya que fueron
«de los mejores años de mi
vida como periodista». Las negociaciones
eran muy rápidas y a veces abandonaban
las reuniones con cierta frustración
porque habían obtenido de Altés
Villanueva más de lo que realmente
había reclamado. «Todos nosotros
éramos cómplices»,
añade.