150 años de historia
LAS PERSONAS
LOS ORÍGENES
  1856-1866
  1867-1876
  1877-1886
LOS ALBA
  1887-1896
  1897-1906
  1907-1916
  1917-1926
  1927-1936
  1937-1946
  1947-1956
  1957-1966
ROYO-VILLANOVA Y ALTÉS
  1967-1976
  1977-1986
GRUPO CORREO-VOCENTO
  1987-1996
  1997-2006
 
 
Royo-VIllanova y altés
 
  Un paseo por la década
 
CONTENIDO
  El redactor jefe
  El eslabón de los 70
  La cantera de taller
  Hechos en El Norte
El redactor jefe
Fernando Bravo
.
José Antonio Antón perfiló durante un cuarto de siglo la figura del redactor jefe. Maestro de una nueva generación de periodistas, participó en la recuperación del protagonismo y la influencia de El Norte
.
LAS PERSONAS

José Antonio Antón
En 1970 entra en el periódico y durante 25 años ejerce como redactor jefe .

Maribel Rodicio
En 1970 se convierte en la primera redactora en plantilla de El Norte.

...................................

 

 

 

 

Oficio. Antón, en la redacción, destacó por su capacidad profesional y su carácter.

 

 

 

 

 

Maribel Rodicio.

Y en la esquina, entre la dirección y las mesas de los redactores, estaba la mesa de Antón. En la mesa de Antón apilábamos las pardas cuartillas para otra criba más y seguramente no la última, y él te acogía siempre con su leve sonrisa y ese su gesto de echarse un poquito hacia atrás, como si te enfocara. No recuerdo un reproche y apenas alguna corrección justificada, que él te explicaba, siempre con el modo amable de un amigo».
José Andrés Pizarro, un redactor que estuvo a las órdenes de José Antonio Antón (Santander, 1939–Valladolid, 2005) «en los últimos tiempos del teletipo, la cola y la tijera», calificaba así a este verdadero jefe de redacción, que impartió su magisterio a toda una nueva generación de periodistas. Durante más de veinte años, protagonizó desde su mesa la modernización de un periódico sobre el que aún pesaba la marcha de Delibes y que se revitalizó durante la transición. Antón, que había estudiado en el Instituto Zorrilla de Valladolid, empezó a colaborar a los 17 años en el ‘Diario Regional’. Estudió en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid y después de tres años en un periódico de Canarias se incorporó, en 1970, a la redacción de El Norte.

Feliz coincidencia
Desde la marcha de Delibes de la redacción, el periódico iba perdiendo prestigio. Fernando Altés Villanueva había calibrado perfectamente el peso de Miguel y por eso, a pesar de los problemas que le había causado con el Gobierno, intentó por todos los medios mantenerle vinculado a El Norte. Pero, aunque tutelada por Delibes, ya se había producido una doble sucesión sin éxito y las cosas no mejoraban. Ni Félix Antonio ni en ese momento De Pablos habían logrado cohesionar una redacción y una línea que devolviera al periódico el peso que había tenido hasta una década antes.
José Antonio Antón llegó en el momento oportuno. Los últimos años del franquismo y la transición fueron un momento especialmente propicio para la prensa. Y en Duque de la Victoria coincidieron con el último Delibes periodista y la solidez intelectual de José Jiménez Lozano o Emilio Salcedo aquella generación de periodistas que anhelaban el cambio de régimen y desmarcaron definitivamente a El Norte del resto de la prensa local y buena parte de la regional.
Y fue José Antonio Antón quien supo canalizar, desde la tolerancia, la sugerencia y el razonamiento templado, la energía de aquellos redactores que, ya en los primeros ochenta, dejarían El Norte para dirigir Radiocadena (Germán Losada), los informativos de la cadena (Luis Miguel de Dios), el gabinete de prensa de la Junta (José Ángel Rodero), el de las Cortes de Castilla y León (Maribel Rodicio), o el de la Federación Española de Municipios y Provincias (Jesús Lobo).
Aunque periodísticamente fueron unos años fructíferos, volvieron a surgir los conflictos con el Gobierno, lo que de alguna forma demostraba que El Norte retomaba el pulso social que había perdido.
El 2 de mayo de 1973 aparecía publicada en la página 7 una nota titulada ‘Manifestación comunista en la Carretera de la Esperanza’. Fernando Valiño coló aquella información a una columna con el consentimiento de Antón, en una edición en la que en primera página la única referencia al Primero de Mayo era una manifestación en Japón. ‘Libertad’ y ‘Diario Regional’ habían ninguneado la noticia y a sus protagonistas. Pero la inserción en El Norte tuvo consecuencias. Delibes recibió una llamada del ministerio. El asunto quedó en una advertencia, pero demostraba que el periódico volvía a la calle. Emilio Salcedo, redactor jefe titular, se dedicaba a sus secciones culturales y José Antonio Antón siempre encontraba un hueco en las páginas para aquella nueva forma de hacer periodismo.
Antón fue jefe de la redacción con Fernando Altés, con Jiménez Lozano y con Carlos Roldán. En 1998, su salud le obligó a retirarse.

Rodicio, la primera
La personalidad de Maribel Rodicio (Osorno, Palencia, 1949) dejó una huella tan profunda en El Norte que su evocación ha llevado a veces a modificar la historia para atribuirle presuntos méritos que no necesita.
No hace falta otorgarle la paternidad del ‘Tres minutos’ o el ‘De ayer a hoy’, que no es suya, para comprobar que desde esas secciones desentumeció la opinión del diario y mantuvo el protagonismo a profesionales, políticos, personalidades de las letras y ciudadanos anónimos de una ciudad que se le quedó pequeña a Rodicio desde que intuyó que aquello de las autonomías tenía futuro y que en Castilla y luego León había nueve provincias.
Llegó a El Norte en 1972 y se convirtió en la primera redactora del diario. Oficialmente es así, aunque Elena Villegas y Leonor Mengotti la habían precedido en el suplemento de ‘Moda y Hogar’ que puso en marcha Delibes en los años cincuenta. Pero el de Rodicio era otro periodismo. Con Fernando Altés y José Antonio Antón desplegó sus muchos recursos. El periodo preautonómico fue especialmente fecundo para una ‘María de Padilla’ que explicó a los lectores los primeros pasos de la autonomía. Implicada en aquel proceso, Rodicio dejó el periódico entre 1983 y 1987 para ser también la primera jefa de prensa de las Cortes de Castilla y León, con Dionisio Llamazares. Pero Rodicio, premio Francisco de Cossío de Periodismo era redactora de El Norte y solo un grave accidente la apartó de su profesión, en junio del 2002.

.
Dos generaciones. En primer término, de izquierda a derecha, De la Torre, María Viloria, Oliver Narbona e Íñigo Noriega, este incorporado en 1987; detrás, Barrasa, María Eugenia Marcos, Antón, Valiño (de espaldas), Lera y, al fondo, Marga Serrano.
.
El eslabón de los 70
Fernando Bravo
.
Cuando el PSOE llegó al poder se produjo una verdadera desbandada de redactores que desembarcaron en los medios públicos. Los que se quedaron sirvieron de enlace a una nueva hornada de periodistas
.

Editorial gráfico. Una de las últimas viñetas de Criado.

 

Por primera vez ve la luz esta sección sin la firma de Publio, su creador. Ha muerto Ángel de Pablos Chapado a quien sucedí ‘per accidens’ en la dirección de este periódico y creo un deber tributarle el homenaje de su columna, tantos años fiel reflejo, resumen y acta de la actualidad de Valladolid».
Fernando Altés Bustelo, director de El Norte, abría así el ‘De ayer a hoy’ del 13 de enero de 1984, un día después de la muerte de su antecesor en el cargo. José Luis Lera, en una reseña de la página cinco, mostraba su estupor por el fallecimiento del entonces ya solo colaborador. «Ayer estaba con nosotros para entregar su sección habitual ‘De Ayer a hoy’, para charlar un rato, para hojear la prensa nacional». No era un recurso literario. Un día antes de su muerte, el director jubilado relataba en su sección, a propósito de las heladas de enero, cómo los carros de los arrieros atravesaban de orilla a orilla el Pisuerga en una ocasión en la que se heló su cauce.
La muerte de Ángel de Pablos coincidía con el nacimiento de una nueva generación de periodistas que se incorporaban a la redacción de El Norte para cubrir las bajas producidas tras la transición democrática. Fernando Altés y José Luis Lera eran, junto a José Antonio Antón, María Eugenia Marcos, Margarita Serrano, Fernando de la Torre o Domingo Criado –que publicaba sus últimas viñetas en El Norte–, los supervivientes de la generación de la transición democrática, que recibieron a un grupo de jóvenes periodistas con los que abordarían la expansión del periódico, la creación de nuevas ediciones y la aplicación de las nuevas tecnologías a la más profunda transformación del decano de la prensa diaria española.

Los que se quedaron
José Luis Lera Valles (Valladolid, 1931) había empezado a colaborar con El Norte en 1970. Tras su paso por la Escuela de Periodismo, entró en plantilla en 1975, y durante 21 años fue redactor de Nacional, Internacional y Economía. «Fui quien recogió el teletipo que anunciaba la muerte de Franco. Recuerdo que se lo quedó Germán Losada. Yo lo hubiera guardado con cariño. Él, lo hace con rencor». La redacción, entonces, era así.
Pero Lera, que desde 1974 había dejado constancia de su interés por el mundo taurino en algunas crónicas, tomó la alternativa como cronista oficial de toros de El Norte en la feria de 1979 de la mano de Emilio Cerrillo, ya jubilado, que hasta entonces había sido el titular de la sección. Más de un cuarto de siglo después, José Luis Lera, que se jubiló en 1996, sigue cubriendo la feria taurina de Valladolid.
‘La gran desbandada’ es el título de un libro sobre curanderos en Castilla y León escrito por Margarita Serrano (Zamora, 1941) en colaboración con el cura secularizado Ángel de Castro. Lo escribió siendo redactora de El Norte porque Serrano fue una de las periodistas de la transición que no participó en la desbandada que se produjo en el diario cuando el PSOE llegó al poder. En el verano de 1977 hizo las prácticas y en 1978 empezó a hacer teletipos, al tiempo que dirigía un quincenal, ‘Palenque’, de corta vida. Años después se encargaría de los suplementos, al tomar el relevo a María Eugenia Marcos (Palencia, 1953). Marcos hizo sus segundas prácticas en El Norte en 1975 y se incorporó como redactora ese mismo año en aquella redacción en la que, bajo la tutela de José Antonio Antón, casi todo el mundo simultaneaba la información en cualquier sección. María Eugenia se llegó a colar incluso en el cierre, hasta entonces vetado a las mujeres. Años después se hizo cargo de la edición de los suplementos –Campo, Economía, Escuela, Letras, Agenda Juvenil– hasta que en 1991, con Jiménez Lozano como director, fue nombrada subdirectora, en tándem con Íñigo Noriega.

‘Diario Regional’, la última cantera
El 7 de marzo de 1980 desapareció el ‘Diario Regional’, cantera de la redacción de El Norte durante décadas. Durante su agonía, en 1976, Fernando de la Torre (Valladolid, 1935) , entonces redactor de sucesos y cierre, había pasado a El Norte para colaborar con Antón en el cambio del formato sábana al tabloide que se produciría un año más tarde. De la Torre, que entró en 1950 en el ‘Diario Regional’ como botones, había hecho allí la reconversión y su experiencia le permitiría, junto a José Antonio Antón, hacer la de El Norte. Con el redactor jefe empezó a utilizar los primeros tipómetros y a diseñar el nuevo periódico. Fue redactor de sucesos y cierre durante años hasta que en 1985 fue nombrado redactor jefe de cierre, cargo que desempeñó hasta su jubilación en el año 2000.
Tres años después del cierre de ‘Diario Regional’, se incorporó a El Norte su última directora, María Aurora Viloria (Valladolid, 1943). Viloria, que estudió Derecho en Valladolid y Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid, hizo sus primeras prácticas en el ‘Diario’ en 1965. Dos décadas después empezó a hacer sus críticas de libros y arte en El Norte, donde es jefa de sección de ‘Vida y Ocio’.

.
La cantera del taller
Fernando Bravo
.

Talleres. Margarida, Abdón, Fartos, Teodoro y Peláez, linotipistas de El Norte en 1976. Francisco Peláez es actualmente jefe de sección de Diseño.

 

La revolución tecnológica iniciada a finales de los setenta cambió de forma drástica el proceso de producción del periódico. Pero en los talleres de El Norte no a todos los trabajadores les pilló a contrapié este proceso. Por su oficio, por su habilidad o por su formación académica, muchos de los miembros de aquellos talleres tuvieron la oportunidad de formar parte de una nueva generación de profesionales.
Francisco Peláez (Valladolid, 1951) había sido linotipista en ‘Diario Regional’ desde 1968. Cuatro años más tarde llegó a El Norte, donde bregó con los primeros sistemas informáticos. Lo hizo con nota, porque en 1991 fue el encargado de formar a la redacción en el manejo del QuarkXPress. En la actualidad, es jefe de la sección de Diseño. En el taller de los primeros años ochenta habían desembarcado profesores recién diplomados, historiadores de flamante título y escasas expectativas de desarrollar su profesión, o bachilleres que cubrieron la demanda de teclistas de fotocomposición y correctores de texto. Para muchos, aquellas prácticas fueron cruciales.
Ramón Gómez (Peñafiel, Valladolid, 1962) se incorporó como corrector en 1985, tras concluir sus estudios como profesor de EGB. Tres años y algunos trabajos como corresponsal después, tuvo la oportunidad de cubrir la baja de un fotógrafo y ya no soltó la cámara. La fotografía empezaba a cobrar protagonismo en el periódico y Gómez no dejó pasar la oportunidad. Se desenvolvió con soltura en los albores de la era digital y, tras la muerte de Patricio Cacho, se hizo cargo de la sección. El palentino Arturo Pinto, también profesor, siguió sus mismos pasos. Colaboraciones y corresponsalías le permitieron utilizar el taller como plataforma para incorporarse a la redacción. La provincia fue su escenario como redactor hasta que –la vieja tradición– un político le propuso dirigir su gabinete de prensa y aterrizó en la Diputación Provincial de Valladolid.
Con la misma velocidad que el taller había demandado teclistas en los primeros ochenta, empezó a desembarazarse de ellos cuando la autoedición se generalizó en la redacción, lo que supuso para muchos de aquellos jóvenes su transformación en redactores. Miguel Ángel Pindado, licenciado en Historia, pasó a la sección de Deportes, de la que ahora es jefe de sección. José María Villarejo, otro historiador de aquella promoción, transitó por varias secciones hasta recalar en Documentación. José Cuenca había superado las pruebas para acceder al taller en 1984. Once años después entró a formar parte de la sección de Diseño e Infografía. Para Yolanda Solla el paso por el taller supuso un contacto con El Norte definitivo. En 1992 entró como teclista, pero en 1994 su puesto ya no era necesario. Sin embargo, la nueva propiedad de la empresa la reclamó en 1995 para Personal y un año después se convirtió en jefa del departamento. Paz Suárez, Lourdes de la Torre, Delfín Sáez o Miguel Ángel Alonso son algunos trabajadores del taller hoy repartidos por los departamentos de publicidad y administración.

.
La Redacción de los ochenta. De pie, Pedro Sáinz Guerra, Fernando Bravo, Carmen Diez, Francisco Fernández, Víctor Iriarte, María Eugenia Marcos, Pablo Toquero, María Viloria, Julián Ballesteros, José Antonio Antón, Margarita Serrano, Fernando Barrasa, Fernando Valiño, Jesús Lozano, Fidela Mañoso y Maribel Rodicio. Sentados, Vidal Arranz y Carlos Álvaro.
.
hechos en el norte
Fernando Bravo
.
Casi todos aprendieron el oficio en El Norte. En los ochenta, la redacción se pobló de veinteañeros sin experiencia recién salidos de la facultad que, en algunos casos, están hoy al frente de las distintas secciones
.

Primeros noventa. María Eugenia Marcos, José Manuel Gozalo, Marga Serrano, María Ángeles Miguel, Íñigo Noriega y Francisco Peláez.

 

 

LAS PERSONAS

Carmen Diez
Hoy es jefa de área de Vida y Ocio.
Eloy de la Pisa

Desde 1999, jefe de área de Deportes.

José María Cillero
Es jefe de área de Economía, Nacional e Internacional.

José Ignacio Foces Gil
Ahora es jefe de área de Valladolid y Castilla y León.

Fernando Bravo
Adjunto a la Dirección.

...................................

Veinteañeros, la mayoría recién salidos de la facultad –la Escuela Oficial era ya historia– y con dedicación exclusiva. La nueva hornada de periodistas que pobló la redacción de el Norte en los últimos setenta y primeros ochenta tenía un perfil muy diferente al de los que les recibían. Bien es cierto que, título aparte, buena parte de ellos aprendieron el oficio en alguna de las dos redacciones que El Norte tuvo en los años ochenta y noventa en su sede de Duque de la Victoria. Juntos, además, desterraron el teletipo, las máquinas de escribir, la cola y las cuartillas por primitivos sistemas informáticos que les permitían ajustar los textos a maquetas previas y utilizar los primeros fax.
Julián Ballesteros (Zamora, 1960) acababa de licenciarse en Navarra cuando inició sus prácticas en 1983. Con excepción del paréntesis del servicio militar –él cubriría poco después los primeros juicios y encarcelamientos de insumisos– permaneció en El Norte hasta 1993, año en el que fue fichado como subdirector de la edición de ‘El Mundo’ en Valladolid. Ballesteros fue redactor de local, jefe de sección y redactor jefe de local y región.
Antes había llegado Carmen Diez (Medina del Campo, 1960), quien durante sus primeras prácticas, en 1980, cubrió en deportes los Juegos Olímpicos de Moscú a las órdenes de Ángel María de Pablos. Recién licenciada en Periodismo por la Complutense en 1982, Diez entró a formar parte junto con De Pablos y Javier González de la sección de deportes, cuya jefatura ejerció en la década de los noventa, hasta que pasó a ser jefa de área de Vida y Ocio.
En los ochenta entró en la redacción Miguel Ángel Rodríguez Bajón (Valladolid, 1964), quien inicialmente se hizo cargo de la información de provincia y más tarde empezó a organizar una sección de Castilla y León que culminarían sus sucesores con la creación de las primeras ediciones provinciales. Rodríguez Bajón cubrió la campaña de las elecciones autonómicas de 1987 en la caravana de Alianza Popular, cuyo candidato, José María Aznar, le llamó tras ser elegido presidente de la Junta para que ocupara el cargo de director de la Oficina de Información y portavoz del Gobierno. Allí acabó su carrera periodística y empezó la política, que concluyó en la Moncloa como secretario de Estado de Comunicación.
Estudiaba Empresariales y colaboraba con El Norte con informaciones de la provincia. José Ignacio Foces Gil (Valladolid, 1963) se enganchó a la redacción elaborando especiales de fiestas de los pueblos durante cuatro años hasta que, en 1986, se hizo cargo de la Delegación de Medina del Campo. Siete años después, llegó a la redacción de Duque de la Victoria para hacer información agraria, de medio ambiente y política. En 1997 fue nombrado jefe de sección y desde el 2005 es jefe de área de Valladolid y Castilla y León.
En los primeros ochenta llegó a redacción de El Norte un periodista con cierta veteranía. Manuel Trapote (León, 1956) había estudiado Periodismo en Pamplona y entre 1979 y 1982 había trabajado en ‘Diario de León’. En 1982 se embarcó en una aventura periodística de corta vida, ‘Noticias de Palencia’, un rotativo que no llegó a cumplir los dos años, desde donde alcanzó El Norte en 1983. Trapote pronto se hizo cargo de la sección regional y participó en la puesta en marcha de la Delegación de Palencia, donde coordinó sus primeros números. Ya como redactor jefe, participó en el primer rediseño de El Norte. En 1989 dejó la redacción para poner en marcha la agencia regional de noticias Ical.
Tras el fracaso de aquel experimento de ‘Noticias de Palencia’, uno de sus redactores, Fernando Bravo, se convirtió en el corresponsal de El Norte durante unos meses hasta que en 1984 se incorporó a la redacción de Valladolid. Hizo información local y regional, fue redactor jefe de ambas secciones y actualmente es adjunto a la Dirección.
Con Fernando Altés como director, la redacción siguió creciendo. Eloy de la Pisa (Valladolid, 1962) hizo sus primeras prácticas en 1984. De la Pisa siguió una cierta tradición (iniciada por José Ángel Rodero y seguida por Miguel Ángel Rodríguez, en la Junta, y Maribel Rodicio e Isabel Fernández Barbadillo, en las Cortes) y entre 1989 y 1991 fue portavoz del Ejecutivo con Jesús Posada. De regreso al periódico, trabajó en cierre y Castilla y León hasta que relevó a Carmen Diez en deportes, de cuya sección es actualmente jefe de área.
En 1990 José María Cillero, recién licenciado en Periodismo, hacía el servicio militar en Valladolid. De la mano de José Luis Lera inició unas prácticas que desembocaron en su incorporación definitiva. En 1992 pasó a local, donde fue jefe de sección y redactor jefe. Ahora es jefe de área de Nacional, Internacional y Economía.

 

© El Norte de Castilla
El Norte de Castilla Digital S.L. B-47468152
C/ Vázquez de Menchaca 10, Polígono de Argales, 47008 Valladolid
Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.