3 de febrero
de 1988. Alejandro Royo-Villanova
se dirige a los invitados en presencia de
Juan José Lucas, Jesús Mañueco,
José María Aznar, Esteban
Egea, Javier García Escudero, Fernando
Altés Bustelo, Miguel Ángel
Cortés y Miguel Delibes. / J. Ruiz
.
Un matutino para palencia
Nieves caballero
.
El 4 de febrero de 1988
salen a la calle los primeros ejemplares de la
edición palentina de El Norte de Castilla
con el objetivo de ampliar las páginas
destinadas a la información local y provincial
.
LA EMPRESA
Delegación
Cinco redactores y un fotógrafo
trabajaban en la Plaza del Mercado.
Cambio de sede
En junio de 1993, la redacción
y la administración de El
Norte de Zamora se trasladan a la
calle San Pablo. En la actualidad
trabajan ocho personas, además
de los colaboradores.
...................................
En su histórico
empeño por llegar al mayor número
posible de lectores en la región,
El Norte de Castilla lanza las ediciones
de Palencia, Zamora y Segovia durante
esta década. Con la apertura de
la edición de Palencia, el periódico
da cumplimiento a un viejo deseo que parecía
haberse hecho realidad el 23 de diciembre
de 1955, cuando Fernando Altés
Villanueva y Miguel Delibes, por aquella
época gerente y director, respectivamente,
ponían en marcha una edición
palentina que no sobrevivió más
que once meses. Sin embargo, el viejo
proyecto se consolida el miércoles
4 de febrero de 1988, con el periodista
Javier García Escudero como delegado,
quien destaca que la empresa consideró
en ese momento que era necesario «dar
un salto de calidad para atender a los
lectores palentinos con una edición
propia». Además, se convierte
en el primer matutino de Palencia, frente
a la competencia, que salía por
la tarde. El principal objetivo era ampliar
la información local y provincial
de la que se encargaba desde hacía
cuatro años una delegación.
Una corresponsalía de la que se
ocupaba Fernando Bravo –al que en
vacaciones sustituía Javier García
Escudero– y que permitía
llenar con las noticias más destacadas
de Palencia una o dos de las páginas
diarias de la edición de Valladolid,
fue el antecedente más inmediato
para crear la delegación que se
pone en marcha en 1984 en un local alquilado
de la calle José Zorrilla con Manuel
Trapote al frente. Cuatro años
después la plantilla de redactores,
publicistas y personal de administración
se traslada al número 4 de la calle
Cardenal Almaraz, en el edificio Centro
Comercial El Seminario, para dar a la
luz la edición de Palencia. Javier
García Escudero recuerda que los
consejeros Fernando Altés Villanueva
y Miguel Delibes, así como el director,
Fernando Altés Bustelo, y el gerente,
Manuel Delibes, se ocuparon personalmente
de las negociaciones para la compra del
nuevo local. Unos encuentros que tuvieron
lugar en la capital palentina y a los
que asistían en ocasiones el consejero
del diario José Antonio Rubio Sacristán
y el escritor José Jiménez
Lozano.
Sin embargo, las noticias de Palencia
habían tenido reflejo en las páginas
del diario más antiguo de la prensa
española muchos años antes.
Uno de los primeros corresponsales fue
Pedro Buey Alario, natural de Magaz de
Pisuerga y funcionario de la Diputación.
Más tarde, Mariano del Mazo hacía
llegar a Valladolid los aconteceres palentinos
desde su piso de la Calle Mayor. Otro
conocido corresponsal palentino había
sido Conrado Sabugo, cuyas crónicas
sobre la situación del campo y
su defensa del Plan de Tierras de Campos,
bajo la firma de ‘C. Kellex’,
traspasaron en su día los límites
de la provincia palentina hasta llegar
a poner en un brete a los censores y a
los ministros de Agricultura del Gobierno
de Franco. El ferroviario jubilado José
Pérez Llorente también fue
un informador puntual de Palencia para
El Norte de Castilla desde los años
sesenta.
Fiesta en un hotel
palentino La presentación en sociedad
de la edición palentina tiene lugar
la noche del 3 de febrero de 1988 en un
hotel de Palencia durante una fiesta a
la que asisten dos centenares y medio
de invitados. Entre ellos se encontraba
el entonces presidente de la Junta de
Castilla y León, José María
Aznar, quien aludió al espíritu
de libertad que ha caracterizado a El
Norte a lo largo de su existencia, además
de destacar su capacidad de expansión
para salir al encuentro de los lectores
en la capital y la provincia palentinas.
Por su parte, el presidente del Consejo
de Administración, Alejandro Royo-Villanova,
subrayaba entonces que la vinculación
especial que el periódico siempre
ha tenido con la provincia de Palencia
obligaba a dar el paso para poner en marcha
el nuevo proyecto: «Nace de la necesidad
de hacer un Norte de Castilla estrictamente
palentino, con un cuerpo de redactores
y corresponsales de todos los pueblos
palentinos y con todas las noticias, solicitudes
e información de la ciudad de Palencia».
El presidente de la empresa editora estuvo
acompañado por dos de la personas
que más habían luchado a
lo largo los años para montar la
edición palentina: Fernando Altés
Villanueva, consejero delegado de la sociedad,
y el escritor Miguel Delibes; pero tampoco
faltaron el director, Fernando Altés
Bustelo, y el gerente, Manuel Delibes.
.
Delegación
de Zamora. Teresa García
Fueyo coordinaba la edición de Zamora
en el número 7 de la Plaza del Mercado.
Junto a ella aparecen Francisco Peláez,
Jacinta Esteban, Gracia Quintana y Mar Domínguez,
sentada de espaldas. / Luis Calleja
.
Con el lector de zamora
Nieves caballero
.
La edición zamorana
de El Norte de Castilla se hace realidad el 29
de agosto de 1992 tras la inesperada desaparición
de ‘El Correo de Zamora’, poco después
de haber sido comprado por el grupo Moll
.
LA EMPRESA
Delegación
Cinco redactores y un fotógrafo
trabajaban en la Plaza del
Mercado.
Cambio de sede
En junio de 1993, la redacción
y la administración
de El Norte de Zamora se trasladan
a la calle San Pablo. En la
actualidad trabajan ocho personas,
además de los colaboradores.
...................................
El primer número de la edición
de El Norte de Castilla de Zamora ve la
luz el jueves 20 de agosto de 1992. Al
igual que en el caso de Palencia, Zamora
era un proyecto perseguido por el diario
más veterano de la prensa nacional
desde hacía décadas en su
afán por llegar al mayor número
posible de rincones de Castilla y León,
aunque no se hace realidad hasta la inesperada
desaparición de otra publicación
local casi centenaria, ‘El Correo
de Zamora’. El Norte logra ampliar
su presencia en la capital y la provincia
zamoranas bajo la coordinación
de la periodista Teresa García
Fueyo, desde noviembre del 2000 redactora
jefe de Fin de Semana en Valladolid, a
quien sucedió como delegada en
Zamora Mar Domínguez.
Aunque la edición estaba prevista
en un principio para primeros de 1991,
El Norte había decidido aplazar
su lanzamiento porque en agosto de 1990
el grupo de editores del periódico
zamorano, a propuesta de su socio y representante,
Gonzalo Sánchez Roca, inicia conversaciones
con el diario vallisoletano. Fruto de
aquellas negociaciones se alcanza un acuerdo
de colaboración para que El Norte
participe con sus recursos técnicos
y económicos en la renovación
de las instalaciones, maquinaria y confección
de ‘El Correo de Zamora’.
Así, del 14 de agosto al 15 de
noviembre de 1991, El Norte pone a disposición
del diario zamorano sus talleres, los
servicios informáticos, de agencias
y suplementos especiales. El objetivo
no era absorber ‘El Correo de Zamora’,
sino participar de forma minoritaria en
la sociedad editora. No obstante, poco
después, la noticia de la venta
de ‘El Correo de Zamora’ a
un grupo de comunicación sorprendió
a los lectores y a los propietarios de
El Norte de Castilla. En efecto, el grupo
Moll –propietario de ‘La Opinión’–
adquiere el periódico para cerrarlo
el 23 de julio de 1992 sin que saliera
un solo ejemplar de la rotativa de la
Rúa de los Francos.
Para cubrir el vacío informativo
dejado por ‘El Correo de Zamora’,
El Norte decide retomar el antiguo proyecto
de una edición especial para Zamora,
confeccionada en Zamora y por periodistas
vinculados a la capital o la provincia.
Una vez recogido el testigo, la tercera
edición de El Norte de Castilla
sale al encuentro de los suscriptores
y lectores zamoranos. De esta manera,
el decano de la prensa diaria española
da un nuevo paso en su indiscutible vocación
regional con el objetivo de llevar las
informaciones e inquietudes de Zamora
al mayor número posible de hogares
de Castilla y León.
Para la apertura de esta edición,
El Norte de Castilla amplía sus
instalaciones en el número 7 de
la Plaza del Mercado, donde ya existía
una pequeña delegación.
Al igual que en el caso de Palencia, una
línea telefónica ‘punto
a punto’ conectaba la delegación
con la redacción central de Valladolid
para transmitir de forma instantánea
las páginas que posteriormente
tira la rotativa en el Polígono
de Argales. La redacción estaba
dotada de seis terminales de ordenador.
Al mismo tiempo, el diario ofrece a las
instituciones, los empresarios y los particulares
la posibilidad de servirse de sus páginas
como soporte publicitario. En junio de
1993, la redacción y administración
de El Norte de Zamora se trasladan a un
nuevo local más amplio en el número
2 de la calle San Pablo, donde se mantienen
en la actualidad.
El periódico
sigue vivo En la página 9 de aquel
primer número de la edición
de Zamora, Teresa García Fueyo
destaca que «El Norte se dispone
a emprender una nueva etapa en Zamora.
No se trata de un proyecto improvisado,
aunque haya sido motivado por unas tristes
circunstancias que han concluido con el
cierre del periódico decano de
la provincia». Pese a ello, García
Fueyo señala que «los periódicos
y el periodismo siguen vivos y el decano
de la prensa nacional coge el relevo en
esta carrera en la que no habrá
empujones, ni zancadillas, ni rencillas,
ni comadreo ni patriotería hueca».
Para concluir, la periodista añade
que «esta obra supone una suma de
voluntades en la que no intervienen sólo
una redacción, ni una empresa.
Los protagonistas serán los lectores
y, en definitiva, Zamora. En ella y para
ella trabajará este periódico
con el único compromiso de cumplir
su única función: ser un
vehículo de los intereses de la
provincia. Y en ello estamos.»
.
Antigua Redacción
de Segovia. El redactor Miguel
Ángel López, en la primera
redacción de El Norte de Castilla
de Segovia, ubicada en un piso de la Plaza
Mayor. Era diciembre de 1993.
.
desayuno con el norte de segovia
Nieves caballero
.
La mañana del 20
de diciembre de 1992 sale al encuentro con los
lectores el primer número de El Norte de
Castilla de Segovia, como fruto del acuerdo firmado
con la sociedad editora Tabloide
.
LA
EMPRESA
Delegación
Estaba ubicada en un piso
del número 13 de
la Plaza Mayor, y en ella
trabajaban siete redactores
y un fotógrafo.
Cambio de sede
Diez personas componen la
actual plantilla. La sede
está en el primer
piso del número 2
de la Travesía del
Doctor Sancho.
...................................
El domingo 20 de diciembre de 1992 los
segovianos encuentran en los quioscos
el primer número de El Norte de
Castilla de Segovia para poder estar al
día de las noticias de su ciudad
y provincia y del resto del mundo delante
de un café con leche. De esta manera,
El Norte se convierte en el primer periódico
segoviano en salir al encuentro de los
lectores desde por la mañana, frente
a ‘El Adelantado’ que era
vespertino y que se ve obligado a modificar
sus costumbres para no ir a la zaga de
la recién nacida publicación.
Esta cuarta edición del diario
castellano nace como fruto del acuerdo
suscrito por la sociedad segoviana Tabloide,
formada por los periodistas Angélica
Tanarro, Javier Aguiar, Miguel Ángel
López y Fernando Aranguren, y la
empresa editora del rotativo vallisoletano.
«No es un periódico de Valladolid,
sino de Segovia y para los segovianos»,
destacó el presidente del Consejo
de Administración de El Norte de
Castila, Alejandro Royo-Villanova, en
el acto de presentación celebrado
el jueves anterior en el histórico
Torreón de Lozoya, una fiesta a
la que acudieron las principales autoridades
de la capital y la provincia, así
como destacadas figuras de los ámbitos
de la economía, la cultura y el
deporte de Segovia. Cerca de doscientas
personas se dieron cita para arropar el
nacimiento del nuevo diario, entre ellas
el escritor vallisoletano Miguel Delibes.
La cuarta edición del diario veterano
de la prensa española no aparece
con la intención de competir con
‘El Adelantado’, decano de
la prensa provincial, sino principalmente
para ganar posiciones frente a los periódicos
de tirada nacional, ya que incorpora una
completa información de noticias
de España y el mundo. Del primer
número de El Norte de Segovia se
imprimen cuatro mil ejemplares para ser
distribuidos en todos los puntos de venta
de la capital y la provincia. Fue una
puesta de largo por todo lo alto.
El acuerdo con los periodistas de Tabloide
se alcanza durante una comida en el restaurante
Cándido a la que acuden Fernando
Altés Villanueva y Miguel Delibes,
ambos consejeros del diario más
antiguo de España, y Manuel Delibes,
su gerente. Desde ese momento, los cuatro
periodistas y también empresarios
suscriben un contrato con el rotativo
vallisoletano para hacer llegar al polígono
de Argales las noticias de la capital
y la provincia cada día.
Revolución
informativa Los protagonistas de aquella aventura
empresarial y periodística recuerdan
que la salida a la calle de El Norte de
Castilla de Segovia fue un auténtico
revulsivo en el plano de la información
municipal. En esos momentos, «los
medios de comunicación eran demasiado
complacientes con el poder», en
palabras de Angélica Tanarro –hoy
redactora de Vida y Ocio en Valladolid–,
y los propios políticos «se
sorprendieron» de ser por primera
vez diana de una mirada más crítica
de la realidad. Un plantel de colaboradores
fijos ayuda a revolucionar también
la opinión a la que estaban acostumbrados
los lectores. Precisamente a ellos se
dirige Angélica Tanarro desde La
Elipse, «una nueva ventana-sección»
–que toma prestado el nombre de
la forma geométrica que dibuja
el centro de la Plaza Mayor segoviana–
«desde la que nos asomaremos diariamente
a lo que pase, no sólo a lo que
pase por la calle, sino a lo que nos pase
por la mente». En un piso del número
13 de la Plaza Mayor estaba ubicada la
primera delegación, que en 1999
se traslada a un local más amplio
y cómodo en un edificio moderno,
con entrada por la Travesía del
Doctor Sancho y cuyas ventanas dan a la
céntrica calle Fernández
Ladreda, junto al Acueducto.
En 1995, la entrada del Grupo Correo como
socio mayoritario de El Norte de Castilla
supone la unificación empresarial
de las cuatro ediciones (Valladolid, Palencia,
Zamora y Segovia) y los cuatro periodistas
dejan de ser empresarios para pasar a
formar parte de la plantilla del diario,
con Javier Aguiar como delegado en Segovia.
Desde hace cinco años, Aguiar trabaja
en Valladolid como jefe de sección
de Noticias de España, del Mundo
y de Economía, mientras que Jaime
Rojas es el delegado de Segovia. Diez
personas de redacción, administración
y publicidad integran la actual plantilla.
.
«La solución
pasaba por la unión de los periódicos»
manuel
delibes setién gerente entre 1983 y 1994
.
De su paso por El Norte
destaca la puesta en marcha de las ediciones de
Palencia, Zamora y Segovia
.
Gerente.
Manuel Delibes. / Gabriel Villamil
MANUEL DELIBES SETIÉN (Valladolid,
1929) fue el último gerente de
El Norte de Castilla en la etapa en la
que el diario estaba en manos de varias
familias y participó en su venta
al entonces Grupo Correo. El hermano pequeño
del escritor, periodista y director, que
sigue siendo un «modesto accionista»
del diario, guarda gratos recuerdos de
una casa en la que «éramos
como una familia». Se ocupó
de las cuentas entre 1983 y 1994 y apunta
entre sus logros la puesta en marcha de
las delegaciones de Palencia, Zamora y
Segovia, además de la cadena de
distribución. En esos años
la plantilla de redacción se multiplicó
por cinco, hasta llegar al medio centenar.
–¿Cómo
fue su llegada a El Norte?
–Entré para descargar del
trabajo de la gerencia a Fernando Altés
Villanueva, porque estaba allí
todo el día. La verdad es que si
de alguien aprendimos todos mucho, yo
el primero, fue de Fernando.
–¿Por
qué cree se decidió la venta
del diario al Grupo Correo en 1994?
–Pienso que la solución pasaba
por la unión de los periódicos,
como llegó la unión de las
compañías de seguros y las
fusiones de los bancos. No se podían
mantener en España cien o ciento
cincuenta periódicos.
–Desde
su punto de vista, ¿cómo
beneficiaba la incorporación a
un gran grupo?
–Uno de los aspectos era la compra
de papel, pero también la publicidad.
–¿Qué
mejoras recuerda de su época?
–Cuando yo llegué, Fernando
Altés Villanueva estaba cerrando
la compra de una nueva rotativa (cien
millones de pesetas) en Suiza, después
se invirtió en la cadena, también
procedente de Suiza, y se modernizó
la redacción.
–¿Cómo
era aquella redacción?
–Entonces solo había máquinas
de escribir en una pequeña redacción
en la que trabajaban una decena de personas,
mientras que cuando me jubilé alcanzaría
el medio centenar.
–No
había ordenadores.
–Se pasó de la máquina
de escribir a los ordenadores y después
a otros mejores. La compra de máquinas
era continua. Desapareció Foto
Castilla porque no nos compensaba trabajar
para fuera. También se montó
la distribuidora con otros periódicos,
hasta ese momento había una treintena
de repartidores.
–En
su época se montaron las delegaciones
en ese afán de expansión
regional que siempre ha tenido El Norte
de Castilla.
–Montamos las delegaciones de Palencia,
Zamora y Segovia, y se pensó en
seguir la expansión por el resto
de las capitales de provincia, pero era
complicado porque ya había periódicos
fuertes.
–¿Cómo
surgió aquella iniciativa?
–Alejandro Royo-Villanova, el presidente
del Consejo de Administración,
me encargó que me ocupara de ello
porque tenía mucho interés
en que empezáramos a vender en
toda Castilla y León. Llegamos
a tres capitales y provincias porque en
León, Burgos y Salamanca había
periódicos fuertes.
–En
Palencia ya había un periódico.
–Pero salía por la tarde
y nosotros llegábamos por la mañana,
con lo cual el ‘Diario Palentino’
no lo leía nadie.
–¿Se
puede decir que su gran obra en la década
larga en la que estuvo de gerente fue
la puesta en marcha de las tres ediciones? –No la gran obra, pero quizás
lo más destacable fue montar las
tres delegaciones y, sobre todo, conseguir
que la venta de periódicos se pudiese
realizar por la mañana con trenes,
coches o furgonetas.
–El
Norte cumple 150 años. ¿Cómo
ve el periódico?
–Impresiona, yo he cumplido 77 años
y estoy hecho un asco, pero El Norte está
fantástico, ya me gustaría
estar como él.
–¿Qué le
desea? –Pues que continúe
porque ha aguantado durante muchos años,
que ya tiene mérito, y puede seguir
aguantando.
–¿Qué recuerda
de su época? –Tengo muchos recuerdos
y muchos amigos porque fuimos bastante
amigos todos, los operarios, los redactores…
.
Más
espacio y luminosidad. Los redactores
en la nueva sede de la calle Vázquez
de Menchaca.
.
Cambio de dueños
Nieves caballero
.
Los accionistas de el diario
decano de la prensa española deciden unirse
al Grupo Correo, hoy Vocento, en una década
en la que El Norte de Castilla se traslada a su
actual sede de Vázquez de Menchaca
.
Junta
histórica.
Los accionistas aprobaron
la entrada del nuevo socio
en una junta que se celebró
el lunes 21 de marzo de 1994,
en el patio de la sede de
Duque de la Victoria.
LA
EMPRESA
Sede social
El diario se traslada en
1995 a la calle Vázquez
de Menchaca del polígono
de Argales.
Inversiones
300 millones de pesetas
para adecuar las instalaciones
en el polígono, adonde
se trasladaron la redacción,
la administración
y el taller junto a la rotativa.
50 millones en el nuevo
sistema informático.
...................................
Casi al finalizar esta década,
los propietarios de la sociedad editora
de El Norte de Castilla hoy sesquicentenario
llegan a un acuerdo con el Grupo Correo
–hoy Vocento–, en virtud del
cual desaparece la hegemonía familiar
que se había mantenido a lo largo
de su historia. Al frente del Consejo
de Administración del periódico
permanecía desde 1970 Alejandro
Royo-Villanova y Payá, mientras
que el gerente era Manuel Delibes Setién
desde 1983. El 29 de septiembre de 1993,
un siglo después de que los jóvenes
Santiago Alba Bonifaz y César Silió
Cortés protagonizaran la primera
gran modernización del diario decano
de la prensa española, El Norte
de Castilla daba cuenta en sus páginas
de las negociaciones que mantenía
el Consejo de Administración con
el Grupo Correo. Cinco meses más
tarde, en marzo de 1994, los accionistas
del decano de los diarios españoles
deciden unirse al mayor grupo español
de prensa regional. Para llevar a cabo
dicha operación y liberar la venta
de acciones, los entonces propietarios
modifican los estatutos de la empresa.
La sociedad Comeresa, del Grupo Correo,
se compromete a adquirir entre el 51%
y el 75% de las acciones de El Norte.
El presidente del Consejo de Administración,
Alejandro Royo-Villanova, señalaba
entonces que el diario no podía
quedar al margen de los cambios técnicos
y económicos que estaban provocando
las grandes concentraciones de empresas
para sobrevivir en un mundo cada vez más
competitivo. Hoy, doce años después,
considera que los accionistas no se equivocaron.
Diarios regionales A finales de esta década,
la operación puesta en marcha con
el grupo de comunicación vasco
llega a buen puerto en condiciones muy
ventajosas para los propietarios de las
acciones, muchos de ellos trabajadores
del periódico. La junta general
de accionistas del 21 de marzo de 1994
también aprueba la escisión
parcial de su patrimonio social para constituir
la sociedad mercantil Edificios Norca
SA, única beneficiaria de esta
desmembración. Dicho patrimonio
estaba constituido por los inmuebles de
Fuente Dorada –en la planta baja
se ubicaba la librería Lara–
y Duque de la Victoria –sede del
diario hasta 1995–, en cuya propiedad
no entra a participar el nuevo socio.
Edificios Norca nacía entonces
con el mismo número de acciones
y un activo de 841 millones de pesetas.
En ese momento, el Grupo Correo poseía
la mayoría del accionariado de
los diarios regionales ‘El Correo
Español’ (con sede en Bilbao),
‘Diario Vasco’ (San Sebastián),
‘La Verdad’ (Murcia), ‘Ideal’
(Granada), ‘Hoy’ (Badajoz),
‘Sur’ (Málaga), ‘El
Diario Montañés’ (Santander)
y ‘La Rioja’ (Logroño).
En la actualidad, además de El
Norte de Castilla, la sociedad editora
de Vocento ha sumado a su proyecto de
prensa regional a los periódicos
‘El Comercio’ (Gijón)
y ‘Las Provincias’ (Valencia)
y ha lanzado un nuevo rotativo, ‘La
Voz de Cádiz’ (Cádiz).
Al mismo tiempo, ha adquirido la cabecera
nacional ‘ABC’.
Tres socios importantes Desde el punto de vista de Alejandro
Royo-Villanova, el Grupo Correo hace una
oferta porque tres socios que tenían
un importante peso en el accionariado
de El Norte, uno de ellos octogenario
y dos nonagenarios, tomaron la decisión
de vender. Se trataba de Fernando Altés
Villanueva, Emilio Gómez Orbaneja
y José Antonio Rubio Sacristán.
Se sentían mayores y, en el caso
de Altés Villanueva, seguro que
pesó también el hecho de
que su hijo, Fernando Altés Bustelo,
hubiera muerto en noviembre de 1992, cuando
era director del rotativo. «Intenté
convencerles de que no vendieran. Era
como un hijo para ellos y me decían:
‘No te empeñes, tenemos muchos
años, nos vamos a morir, valen
una fortuna nuestros paquetes de El Norte
y, si vendemos ahora, lo repartimos entre
nuestros hijos, y Hacienda no se lleva
casi la mitad’», rememora
el presidente del diario. Esos accionistas
dejaron en manos de Royo-Villanova la
elección del futuro socio mayoritario.
«Había cuatro grupos completamente
decididos a comprar. Yo escogí
no la mejor oferta económica, ya
que algunos ofrecían un cheque
en blanco (si estos dan tanto nosotros
damos todo lo que nos pidas más),
sino el único grupo de prensa del
que yo tenía la garantía
de que iba a respetar y a mantener la
línea tradicional, liberal e independiente
de El Norte de Castilla», explica
el que fuera diputado y senador electo
por Valladolid, antes de añadir
que «desde el punto de vista de
la organización, íbamos
a pertenecer a otro grupo empresarial
fuerte, con todas las ventajas inherentes
a ello en compras de papel, publicidad,
organización, etcétera».
El presidente del Consejo de Administración
del diario considera que la entrada en
el hoy grupo de comunicación multimedia
Vocento fue fundamental para la modernización
técnica y profesional del periódico,
aunque el rotativo ya había subido
no pocos peldaños en su camino
tecnológico. «Creo que tal
y como estábamos, con el Consejo
que teníamos y con la representación
accionarial que había dentro del
Consejo, no era posible esa modernización
del periódico. Lo que ha salvado
la economía profesional del periódico
ha sido nuestra permanencia en el Grupo
Correo, primero, y Vocento, en la actualidad.
Eso es justo reconocerlo, así como
creo que hemos perdido personalidad»,
añade el máximo responsable
del Consejo de Administración.
Futuro.
Manuel Campillo fue el encargado
de liderar los cambios empresariales.
La segunda gran
reestructuración El presidente del Consejo de Administración
de El Norte subraya que la segunda gran
reestructuración que ha acometido
el periódico a lo largo de sus
150 años de historia ha venido
de la mano de Vocento, con el traslado
de las instalaciones desde Duque de la
Victoria, esquina con Montero Calvo, al
polígono de Argales. Alejandro
Royo-Villanova atribuye al grupo de comunicación
regional la apuesta por un organigrama
de empresa moderna y la aplicación
de todas las nuevas técnicas de
gestión. En este sentido, recuerda
la gestión del primer director
general que tuvo el periódico en
su nueva etapa. «Manuel Campillo
hizo una labor excelente, excelente. Fue
el artífice a la hora de poner
al día una empresa que estaba anclada
en el pasado veinte años desde
el punto de vista empresarial»,
destaca. «Tuvo las manos libres
para hacer dentro del Grupo Correo. Un
hombre extraordinario, le debemos el adornamiento
empresarial del nuevo Norte. Es justo
decirlo», insiste. En efecto, con
su desembarco en el rotativo se produce
el relevo generacional y el paso de un
modelo de gestión familiar a otro
más moderno y profesionalizado.
Manuel Campillo Álvarez (Cáceres,
1956) toma posesión de su cargo
como director general de El Norte el 13
de junio de 1994, tras aprobarse su nombramiento
en el Consejo de Administración
el día 4 del mismo mes. Casado
y con tres hijas, Manuel Campillo es licenciado
en Ciencias Económicas por la Universidad
de Madrid. Fue director general de la
Caja Rural de Cáceres y director
regional en Valladolid de la Caja de Salamanca
y Soria –hoy Caja Duero–.
Tras dedicar dos décadas de su
vida a la actividad financiera, Campillo
daba un giro profesional de noventa grados
para gestionar un medio de comunicación.
El 30 de enero de 1995, nueve meses después
de su llegada, el periódico traslada
su sede social desde la calle Duque de
la Victoria –un edificio que ocupaba
desde 1906– a las modernas instalaciones
del polígono de Argales, una nave
de nueve mil metros cuadrados en la que
se ubicaba la rotativa desde 1970 y que
había comenzado a ser adaptada
en agosto de 1994. Previamente, desde
el mes de septiembre de 1994, la sociedad
había adecuado su sistema informático
gracias a una inversión de 50 millones
de pesetas –300.000 euros–,
mientras que en noviembre creaba su propia
área comercial para gestionar directamente
la publicidad, de la que hasta ese momento
se había ocupado una empresa externa.
El 31 de enero de 1995, veían la
luz los primeros ejemplares que habían
sido confeccionados el día anterior
en la sede del polígono de Argales.
En el suplemento extraordinario de 80
páginas que el diario regaló
a sus suscriptores y lectores el 26 de
marzo de 1995, el director general justificaba
el cambio de sede. «Las nuevas necesidades
y requerimientos técnicos hacían
imposible nuestra continuidad en el edificio
de Duque de la Victoria», señalaba
Manuel Campillo, antes de explicar que
la sociedad mercantil había invertido
más de trescientos millones de
pesetas (1,8 millones de euros) para acondicionar
las instalaciones de la calle Vázquez
de Menchaca, a las que se trasladaron
la redacción, la administración
y los talleres junto a la rotativa. En
aquel suplemento, el presidente de la
sociedad mercantil, Alejandro Royo-Villanova,
felicita a El Norte y a sus empleados
por el nuevo paso histórico hacia
el futuro. Tanto Alejandro Royo-Villanova
como el escritor Miguel Delibes recuerdan
esa placa que han conocido generaciones
y generaciones de trabajadores del diario
en la que se reproducen las palabras de
Santiago Alba cuando en 1893 compró
el periódico junto a César
Silió: «Dios y Castilla permítanle
nuevas prosperidades y reformas».
El 1 de julio de 1995, Carlos Roldán
San Juan, hasta ese momento director adjunto,
es nombrado director de El Norte de Castilla
en sustitución de José Jiménez
Lozano –hoy Premio Cervantes–,
al que le había llegado la hora
de la jubilación después
de una vinculación de tres décadas
con el diario decano de la prensa española.