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El pasado
y el presente se unen a través de los 150 años
de vida de El Norte. La actualidad guarda, a veces, una
estrecha relación con hechos publicados a lo largo
de la historia del periódico. Esta sección
muestra algunos ejemplos de noticias vinculadas en el
tiempo a través de El Norte. |
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16/03/06
El abuelo francés de Miguel Delibes
Frédéric Delibes Roux,
origen de la rama familiar
española, diseñó y realizó la
estructura móvil del Calderón
María Aurora Viloria Valladolid
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Frédéric Delibes Roux.
/ El Norte |
Cuando Miguel Delibes se dirigió
el pasado 22 de febrero, a través de una grabación
de vídeo, a los asistentes a la inauguración
de la sala de usos múltiples del Calderón que
desde ese día lleva su nombre, dijo que no era el único
de la familia vinculado al teatro. El escritor recordó
a su abuelo paterno, Federico Delibes, autor de la estructura
del piso móvil del coliseo, un sistema de poleas que
permitía elevar el tablado del patio de butacas hasta
el nivel de los palcos para unirlo con el escenario y crear
así un espacio donde celebrar bailes de gala, banquetes
o mítines.
En el mismo acto inaugural, uno de los hijos del escritor,
Adolfo, que acudió acompañado de dos de sus
hermanos, Elisa y Germán, recibió de manos del
alcalde, Javier León de la Riva, una reproducción
de la placa de metal que figuró en la estructura hasta
la última reforma del Calderón y que rezaba
‘Fábrica de carpintería mecánica
Federico Delibes. Valladolid’. En el año en que
se colocó la placa, 1893, el abuelo francés
del novelista y origen de toda la rama española de
los Delibes ya era un vallisoletano que vivía en el
número 12 de la Acera de Recoletos, esquina con la
calle Colmenares, la casa donde el 17 de octubre de 1920 nació
Miguel Delibes. Además, tenía un próspero
negocio de carpintería no muy lejos, en Independencia.
El edificio fue construido por su cuñado, Eloy Silió,
y en él residían también la hija de Frédéric
–nombre de pila de Federico–, Enriqueta, y su
marido, Santiago Alba, quienes después se trasladaron
a Madrid.
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La rueda elevadora del sistema de
poleas de la tramoya, en la fotografía de Ángel
Marcos. |
Con el ferrocarril
Frédéric Pierre Delibes Roux nació en
Toulouse, el 1 de enero de 1836 y, según el acta de
nacimiento –recogida por José Ramón Delibes
Setién en el libro inédito ‘Un francés
llamado Frédéric (ascendencia francesa de los
Delibes españoles’– era hijo de Joseph
Louis Delphine Delibes, comisionista de transportes, y de
Jeanne Marie Josephine Roux, de profesión sus labores,
casados y con domicilio en la Place d’Assezat, en el
centro de la ciudad.
No hay más noticias de él hasta que aparece
en Molledo en 1860, localidad a la que llegó para trabajar
en la construcción del ferrocarril Alar del Rey-Santander,
que acometía entonces el tendido del tramo Reinosa-Bárcena
de Pie de Concha, de especial dificultad técnica por
las diferencias de nivel que se registraban en muy corto espacio.
Según recoge en su libro José Ramón Delibes,
el personal técnico para la obra era contratado con
frecuencia en Inglaterra y, sobre todo, en Francia, para realizar
trabajos específicos. Así llegó a España
Frédéric, contratado por la Compañía
Isabel II para participar en el tendido Reinosa-Los Corrales
como técnico, casi con toda seguridad de carpintería,
especialidad de ex-traordinaria importancia en unas obras
que incluían gran número de puentes y túneles.
Cuatro años más tarde, el 6 de abril de 1864,
Frédéric Delibes se casa con Saturnina Cortés
Villegas ante el altar de Nuestra Señora de la parroquia
de la novia en San Martín de Quevedo, municipio de
Molledo. En 1865 nace su primer hijo, Luis, al que seguirá
en 1871 Enriqueta y en 1874, Adolfo, padre de Miguel Delibes.
En 1890, según EL NORTE DE CASTILLA,
la familia ya vivía en Valladolid, donde el padre había
instalado un importante negocio de carpintería, que
en principio estuvo dedicado a las instalaciones molineras
para derivar luego hacia la construcción.
Federico Delibes falleció en su domicilio de la Acera
de Recoletos el 15 de febrero de 1907, víctima de una
angina de pecho, y su muerte, según recoge EL NORTE
DE CASTILLA un día después, causó general
sentimiento en Valladolid porque «el finado era estimadísimo
como industrial de grandes iniciativas y laboriosidad tenacísima».
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Placa que figuraba en la estructura
del piso móvil del teatro. |
A la altura del escenario
De las numerosas obras que acometió la carpintería
Delibes, una de las de más envergadura y mayor fama
es sin duda la del Calderón. Cuando se inauguró
el teatro, el 28 de septiembre de 1864, disponía de
una tramoya original de mediana factura difícil de
manejar y con limitadas posibilidades escénicas, por
lo que en 1876 la junta directiva decidió nombrar una
comisión para «hablar con Egidio Piccoli del
arreglo del escenario al gusto moderno», una obra que
el italiano dio por concluida dos años después.
Una década más tarde, la sociedad constructora
se planteó la posibilidad de dotar al teatro de otro
de los adelantos de la época, el tablero móvil,
que además de las tramoyas también realizaba
Piccoli. Sin embargo, la decisión final no se tomó
hasta abril de 1893 y las obras se ejecutaron en el verano
de ese mismo año. La prueba definitiva del nuevo mecanismo
se hizo en octubre y fue un completo éxito.
Sin embargo, «el autor del proyecto y constructor del
gran tablado mecánico del Teatro Calderón de
la Barca» –según un anuncio que apareció
en 1897– fue Federico Delibes y su carpintería
mecánica, trabajo por el que cobró 10.000 pesetas.
Los tablados móviles están realizados en madera
y el mecanismo de elevación se compone de una serie
de travesaños cruzados que mediante un sistema de po-leas
elevan el conjunto del patio de butacas a la altura del escenario.
En el caso de Valladolid –como explica José Miguel
Ortega en el libro ‘Teatro Calderón de la Barca.
Arquitectura’– la madera es el elemento que lo
sustenta pero son unas máquinas de hierro las que tienen
la misión elevadora, por lo que se obtiene mayor rapidez
y seguridad. En la última reforma, inaugurada en 1999,
el tablero desapareció, pero quedan las fotos que de
él hizo Ángel Marcos y que reunió en
el libro ‘Viaje por el Teatro Calderón’.
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