La fiesta campestre organizada por El Norte de Castilla,
con la colaboración de la Diputación Provincial
de Valladolid, en homenaje a las corporaciones locales
de la provincia fue un rotundo éxito. El Centro
de la Naturaleza de Matallana reunió a cerca
de 400 personas, entre autoridades de los distintos
ayuntamientos de la provincia, familiares y trabajadores
del periódico, que disfrutaron de las actividades
lúdicas, festivas y de convivencia, enmarcadas
en la conmemoración del 150 aniversario de El
Norte.
La jornada comenzó con una visita autoguiada
de los asistentes, con apoyo de monitores y guías,
a las ruinas del monasterio cisterciense, el jardín
botánico, los restos arqueológicos, al
parque temático ovino –donde se encuentran
veinte razas distintas de ovejas– y a un palomar.
En los instantes previos a la comida, Alfonso Domínguez-Guilarte,
director general de El Norte, hizo entrega del ‘Voceador’
a Ramiro Ruiz Medrano, presidente de la Diputación
Provincial de Valladolid.
 |
|
Arriba, el público
asistente presta declaración a los discursos.
Abajo, Ramiro Ruiz Medrano y Alfonso Domínguez-Guilarte. |
Regalos
Ante la intensa lluvia, la comida campestre se convirtió
en un banquete celebrado en las bodegas de la Hospedería,
donde los comensales dieron buena cuenta de embutido,
ensalada, arroz, carne y un flan preparado para la ocasión.
No faltó el café, las pastas y la copita
de orujo, y tampoco la música de la orquesta
Cirolines, de
Benavides de Órbigo (León), que amenizó
el homenaje.
Pero lo mejor estaba aún por llegar. Todos los
presentes recibieron a su llegada una papeleta que les
daba derecho a participar en el sorteo de medio centenar
de regalos –televisiones, home cinema, play station,
cámaras digitales, etcétera–. Y
durante la sobremesa, cincuenta afortunados consiguieron
llevarse a sus casas alguno de
estos obsequios.
Juegos
Las actividades no cesaban. A los asistentes se les
ofreció la posibilidad de sentarse en torno a
una mesa para jugar a las cartas o bien atreverse con
los juegos populares –tanga, bolos castellanos
y rana–, siempre bajo la supervisión de
la Asociación Deportiva de Tanga de Medina de
Rioseco. Mientras, los más pequeños pudieron
demostrar sus habilidades con las pinturas o ver la
proyección de una película.
La fiesta llegó a su fin, aunque en el recuerdo
siempre quedarán los buenos momentos y las imágenes.
|