Los niños aprenderán a jugar con la Ciencia
Los pequeños se convertirán en estibadores o capitanes de barco mercante

Aprenderán las costumbres de los animales y a respetar el medio ambiente

 


Diferentes imágenes donde los niños podrán jugar, pero a la vez aprender a un nivel básico aquellos temas de interés científico /A. E. Caño

Los más pequeños también contarán con su espacio en el Museo de la Ciencia. Bajo el nombre de Sala de los Niños –se encuentra en la planta sótano primero y cuenta con una superficie regular de 210 metros cuadrados–, pretende acercar los contenidos científicos y tecnológicos a través del juego como clave que propicia situaciones ideales de aprendizaje, gracias a experiencias positivas que produzcan satisfacción intelectual desde la más temprana edad.

El elemento aglutinante y ordenador de las diferentes actividades que se presentan en esta sección es un curso de agua, plasmado gráficamente en el suelo, y que simboliza un itinerario fluvial con formas sinuosas de meandros e islotes, donde se podrán ubicar e individualizar los diferentes módulos.

El recorrido que seguirán los niños comienza con ‘El carguero’, que introduce a los más pequeños en los conceptos de equilibrio y gravedad a través de un juego simbólico que los sitúa en el papel de estibadores o capitanes de un barco mercante.

La sala continúa con ‘Los buscadores de oro’, una actividad gratificante para los niños porque les permite manipular arena. El objetivo que persigue este módulo es que los pequeños conozcan los efectos de la fuerza centrífuga.

Por su parte, ‘El panal’ introduce a los niños en el conocimiento de las abejas y les explica cómo éstas desarrollan y establecen su hábitat. Mediante la construcción del panal, se produce una aproximación al cálculo y a la medida como un conocimiento necesario en determinadas situaciones. Los niños también podrán conocer el funcionamiento de la polea y demostrar sus capacidades estéticas.

Leyes físicas
Con ‘Regatas a reacción’, los niños manejarán, de forma intuitiva, principios de dinámica, definidos por Newton en la Ley de la Acción y Reacción, gracias a la manipulación, el juego y la observación de un hecho concreto.

Por medio de ‘La ruleta de los colores’, los niños conocerán la descomposición de la luz en diferentes colores o radiaciones de onda, mientras que gracias al ‘Faro ondulado’, los pequeños trabajarán la reversibilidad, el equilibrio y la complementariedad.

Los niños también podrán interesarse por las costumbres que poseen los animales con lo que se ha dado en llamar ‘Huellas en la orilla del río’. Con esta actividad, conocerán los rasgos de la anatomía de los animales, así como la disposición simétrica de los órganos –en este caso, sus patas–. Además, contribuirá a desarrollar la capacidad de observación de los más pequeños.

Y gracias a ‘El tubo teléfono’, los niños se acercarán a las ondas sonoras y su transmisión a través del medio, mientras que ‘La pesca’ despertará en el pequeño el respeto por el medio ambiente y, de forma paralela, se le pondrá en contacto con los imanes.

Los niños también experimentarán sobre el fenómeno del movimiento y de la gravedad mediante lo que se ha dado en llamar el ‘Circuito de bolas’.

 

La Sala de los Niños vista desde fuera. /A. E. Caño
Cine y biología

La sección cuenta con dos apartados más: ‘Dibujos animados’ y ‘El nacimiento de la perdiz’. El primero permitirá que los niños se acerquen a la cinematografía y al fenómeno de la persistencia retiniana de las imágenes, por lo cual el ojo continúa percibiendo durante fracciones de segundo la visión de las imágenes, aunque éstas hayan desaparecido.

Y gracias a la incubadora ‘Nacimiento de la perdiz’, los más pequeños recibirán conocimientos de biología animal y se activarán mecanismos de tipo afectivo. La perdiz es una referencia al mundo animal, que constituye un elemento del ecosistema castellano.