De
los asaltos a la valla al control de Frontex
J. L. C./Madrid
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Los 104 ocupantes de un
cayuco esperan en el puerto de San Sebastián de
la Gomera. / C. F.-Efe |
Tres inmigrantes subsaharianos murieron a principios de julio
del 2006 en la doble valla que separa Melilla de Marruecos,
dos en la parte marroquí y otro en la parte española,
y otros ocho resultaron heridos graves en un intento de salto
de la alambrada protagonizado por un grupo de entre 50 y 70
personas. El inmigrante que falleció en el lado español
murió a causa de «disparos de arma de fuego»,
efectuados por los soldados marroquíes que custodian
la frontera. Los dos fallecidos en el lado alauita lo fueron
por «traumatismos», según fuentes hospitalarias
de Nador, según las cuales las víctimas no presentaban
heridas de bala.
Fuentes oficiales españolas dijeron que no existe el
temor a que se repitan en el futuro los asaltos masivos de
septiembre y octubre del 2005, en los que murieron ocho inmigrantes
en el perímetro fronterizo y hubo cientos de heridos
a consecuencia de los saltos masivos sobre Ceuta y Melilla.
Asimismo, el Gobierno confirmó un refuerzo de la vigilancia
fronteriza, con los efectivos actuales de la Guardia Civil
y un helicóptero del instituto armado.
Marruecos, que se comprometió a readmitir, para su
posterior repatriación, a inmigrantes de terceros países
llegados a España a través de territorio marroquí,
impidió en varias ocasiones más intentos de
acceder a territorio español por la triple alambrada
de Melilla –los últimos el día de Nochebuena–
y endureció durante este año pasado su política
contra los subsaharianos que trataban de acceder a su territorio
de camino hacia Europa.
Según denunció la delegación en España
de Médicos del Mundo, numerosos inmigrantes –de
Senegal, Gambia, Costa de Marfil, Guinea Conakry y Mali–
fueron expulsados por las autoridades marroquíes, sin
comida ni agua, en la frontera entre el Sahara Occidental
y Mauritania y permanecieron en tierra de nadie. Alguno de
ellos murió por esa circunstancia.
Este año pasado, España acordó primero
con Mauritania y después con Senegal desarrollar dispositivos
conjuntos de control de las fronteras marítimas de
ambos países. Una patrullera y un helicóptero
de la Guardia Civil más una nave del Servicio de Vigilancia
Aduanera ayudan desde entonces a frenar la inmigración
clandestina que parte desde las costas mauritanas, y otras
dos patrulleras y un helicóptero hacen lo propio en
aguas senegalesas.
Sistema de patrullas
También la Agencia Europea de Control de Fronteras
(Frontex) movilizó un sistema de patrulla naval y aéreo,
en el que participan ocho países de la UE, en torno
a las costas de Canarias, Marruecos, Mauritania, Senegal y
Cabo Verde para tratar de frenar la llegada de inmigrantes
irregulares a España, en respuesta a la petición
de ayuda formulada por el Gobierno de Zapatero.
La Unión Europea se propuso para este 2007 reforzar
la cooperación y el diálogo con terceros países
de origen y tránsito de inmigrantes, acentuar el apoyo
a los Estados miembros en la lucha contra la inmigración
ilegal, mejorar la gestión de las fronteras exteriores
de la Unión, propiciar la elaboración de políticas
convenientemente gestionadas para la inmigración legal,
incentivar la integración y el diálogo intercultural
y avanzar en la definición de un sistema europeo común
de asilo, que debería estar concluido para el 2010.
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